Al cumplir 20 días de huelga las trabajadoras y trabajadores de Santander Banefe, soportando un frío invernal esperaban impacientes y confiados la respuesta que la empresa daría a una contraoferta formulada por el Sindicato. Las expectativas de alcanzar un acuerdo se fundaban en que las demandas del Sindicato son perfectamente factibles de resolver, pues se ajustan a lo que se paga en el mercado y, además, no significan un costo importante para el grupo Santander.
Nada hacia presagiar el balde de agua fría que recibirían. La propuesta del Banco fue calificada de indecente e inmoral por la mayoría de los trabajadores, contempla un bono de colación de $2.000 diarios (U$4.-), un bono de movilización pagadero el año 2009 de $12.000 mensuales (US$24) un aumento al sueldo base de $10.600.- ( US$21,20) que actualmente es de $53.000.- y un bono de término de negociación pagadero en febrero del año 2009 de $200 mil brutos, algo así como US$400.-
Si algo hace posible que una propuesta indecente sea entregada a los trabajadores luego de 20 días de huelga, es porque existe un ordenamiento jurídico, económico y político que favorece de manera desigual a los grandes capitales en desmedro de lo ciudadanos que viven de su trabajo. Nada más insultante e inmoral, puede resultar esta respuesta, cuando hace muy poco, el máximo representante del Grupo en Chile, Mauricio Larraín Garcés, entregó una donación a nombre del Banco a una Universidad Privada del Opus Dei cercana al US$1.800.000.-. Esto evidencia que no se está frente a un problema de recursos, sino a un fundamentalismo económico extremo, cuyo fundamento principal es desconocer el rol del sindicalismo en la sociedad mediante la negación del derecho a la negociación colectiva.
La propuesta inmoral de la empresa fue rechazada mayoritariamente y generó una dosis mayor de frustración, que se espera convertir en nuevas fuerzas para continuar con la huelga hasta lograr que la razón se apodere de estos inhumanos empresarios.
Los trabajadores, esperan que la solidaridad internacional en el marco de la globalización actual, sea la herramienta eficaz de los trabajadores a nivel planetario que permita defender los derechos y reconquistar otros en beneficio de la justicia y la igualdad.
DISCURSO DE LUIS MESINA, SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN BANCARIA DE CHILE