EX POLOLA DE CONSCRIPTO DESCARTA SUICIDIO POR PROBLEMAS AMOROSOS

El joven conscripto, de 19 años al momento de morir, no tenía antecedentes médicos sobre enfermedades mentales o depresión
Cuatro cartas redactadas por el soldado Germán Vivanco Sierra, poco antes de su muerte, evidencian el buen momento emocional por el que pasaba.
Las contradicciones que existen en el caso de la muerte del conscripto Germán Vivanco, ocurrida el 13 de agosto de 1996, son más que evidentes. Y así se encarga de hacerlo notar su familia que, a pesar del paso del tiempo, no se cansa en intentar encontrar justicia y saber qué ocurrió realmente con el muchacho que tenía sólo 19 años en el momento de su muerte. Por ello su padre Pedro Vivanco interpuso una querella en el tribunal de Puente Alto, en noviembre pasado, y solicitó diversas diligencias. Entre ellas que se indague la contradicción existente entre la versión dada por el Ejército de que el suicidio del soldado de debió a problemas sentimentales y las cartas remitidas a su novia poco antes de morir. En cuatro misivas a las que tuvo acceso La Nación, Vivanco le explica a su entonces polola, Pamela Lucero Torrealba, que se encontraba feliz de tener esa relación amorosa y que ella era su horizonte en la solitaria estadía en el ex Regimiento Ingenieros de Montaña Nº 2 de Puente Alto. “Te escribo unas líneas para contarte que me encuentro súper feliz, aunque esté solo y no pueda verte, porque hoy cumplimos tres meses de pololeo y en la distancia te digo Te Amo como nunca he amado a nadie. Estando aquí tan lejos de ti, me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti y si me he aguantado es porque te llevo en mi mente y mi corazón”, señala su última carta escrita el cinco de agosto de 1996. Respecto a la relación amorosa que ambos sostenían, en una declaración pública efectuada días después de ocurrido el fatal incidente, Pamela Lucero sostuvo que no acepta la muerte de Vivanco como un suicidio, porque “era un joven con proyecciones que no tenía motivo alguno para tomar tan drástica decisión”. Según lo descrito por Lucero, “el día antes a su muerte, Germán me pidió que le pasara en limpio su diario de vida y que después se lo fuera a dejar al regimiento el día miércoles 14 de agosto en compañía de su hermana chica porque quería verla”. El padre del conscripto, Pedro Vivanco, recalcó que su hijo no presentaba ningún síntoma, ni dio señal alguna de que pasara por un momento difícil en el aspecto emocional. Incluso, el progenitor es categórico en reiterar que “Germán no tenía antecedentes médicos de enfermedades mentales ni de algún tipo de depresión”. PRESIONES En su declaración, Pamela Lucero denunció que los efectivos militares que concurrieron a comunicarle la trágica noticia obligaron a su madre a salir de la casa mientras la interrogaban y luego la culparon de que ella se había realizado un aborto en contra de la voluntad de Vivanco y que ello lo habría deprimido a tal extremo que tomó la drástica decisión de terminar con su vida. “Estos señores, de los cuales desconozco sus rangos, me acusaron de haber abortado y que eso gatillo el suicidio de Germán. Me sorprendió mucho que estos señores tuvieran conocimiento de que tenía en mi poder el cuaderno (Diario de vida) de mi pololo, el cual me fue quitado sin razón alguna.