Arnaldo Pérez Guerra
La Insignia
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el PC, entre otros, están convocando a una concentración por “más democracia y justicia social”, para el próximo 20 de agosto en el Caupolicán. Se han comprometido a trabajar por la incorporación de los “actores sociales, políticos y gremiales” y “generar instancias similares en las regiones y provincias del país”. Mientras los dirigentes de la CUT se preocupan de “afinar” los detalles de este “evento”, los trabajadores de AquaChile siguen en huelga de hambre en Puerto Montt. Llevan casi dos semanas de paro y movilizaciones. Poco apoyo han recibido desde las centrales y dirigencias, más preocupadas de “lo político”. Decenas de trabajadores de AquaChile se tomaron la Catedral de la ciudad y se entrevistaron con el vicario general adjunto de la Arquidiócesis de Puerto Montt, quien se comprometió a mediar.
Pero la CUT hace tiempo que está “en otra”. Hace algunos días, los preclaros dirigentes de la multisindical, encabezados por el “socialista” Arturo Martínez, recibieron en su sede a la plana mayor de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido leal al ex dictador Pinochet. Alegremente se fotografiaron con el senador y “presidenciable” Pablo Longueira, con Andrés Chadwick y Rodrigo Álvarez, con los siniestros Evelyn Matthei y Hernán Larraín. Abrazos, besos y sonrisas plagaron la “reunión de trabajo”. Y fijaron una “agenda común” de diez puntos. Hernán Larraín -el mismo que discurseaba apoyando en la propia Colonia Dignidad al pedófilo y violador de derechos humanos Paul Schäfer-, dijo que la reunión “derribaba mitos”.
Irónicamente no deja de tener razón. Longueira lo calificó de “encuentro histórico” y hasta se le salió un: “La CUT se ha engrandecido frente al país”. El candidato presidenciable 2009, señaló que “Chile debe terminar con el concepto de lucha de clases donde hay partidos y organizaciones que representan a los ricos o a los pobres. Hay que construir un concepto de país y en eso la UDI está comprometida y el lazo de la UDI con los sectores más vulnerables va a seguir profundizándose”. Longueira sabe con razón que la CUT hace tiempo abandono el concepto de “lucha de clases”, tanto en sus discursos y como en su práctica.
La CUT y la UDI acordaron una agenda de trabajo de 10 puntos “para avanzar en temas sociales y laborales”. Nada se habló de la flexibilidad laboral y la Ley de Subcontratación, que ya poco le interesan a la CUT.
La Concertación criticó el encuentro en variados tonos. El vicepresidente del Senado, el socialista Jaime Naranjo, lo calificó como “una inconsecuencia e hipocresía” …“la actitud de la UDI con respecto a los trabajadores”, pero no dijo ni una sola coma acerca de la “actitud” de la multisindical y sus dirigentes. El que calla, otorga. Incluso, agregó: “La UDI nunca ha estado con los trabajadores ni por defender sus derechos, tantas veces pisoteados por los empresarios”. Pero, al sentenciar de esta forma el encuentro, no reflexionó que lo mismo podría decirse de la CUT que no se ha opuesto con firmeza a la flexibilización laboral, el TLC con EEUU, la Unión Europea o China, y ya perdió hace décadas su sentido clasista, anticapitalista y antiimperialista. Exhortó a los trabajadores “a no dejarse engañar. Cuando hay que elegir entre los intereses de los empresarios y los de los trabajadores, siempre estarán al lado de quienes detentan el poder económico”, pero -cosas del destino- no aclaró bien si se refería a la CUT, la UDI o el gobierno.