SI VAMOS A DENUNCIAR QUE SEA A TODOS

Los trabajadores no guardan buenos recuerdos de la gestión gubernamental en la defensa de sus derechos. No se puede achacar toda la responsabilidad a los funcionarios de la Inspección del Trabajo - la gran mayoría hacen lo que pueden con los recursos que tienen – pero lo concreto es que resulta difícil que alguien pueda contentarse, si solo para constatar que se está incumpliendo la ley y violando impunemente sus derechos deben esperar semanas sino meses, aun sabiendo que no siempre el resultado reflejará la solución al problema. Con todo, en mas de una ocasión y superando criterios gubernamentales e intereses políticos, algunas autoridades del trabajo se han esmerado por responder "en derecho" a las exigencias que plantean los trabajadores y sus organizaciones. Siempre que estas resoluciones jurídicas contrarían los intereses del capital son recusadas por los patrones. La mayor parte de las veces es la Corte Suprema quien da la razón al "reclamo patronal" modificando incluso fallos favorables a los trabajadores emitidos por los juzgados del Trabajo y las cortes de Apelaciones.

Por eso a los trabajadores no debe extrañarnos el fallo de la Corte Suprema que anula la resolución de la Dirección del Trabajo, que ordenaba a CODELCO hacerse cargo de una cifra considerable de trabajadores contratistas del cobre. CODELCO actúo como el patrón que es. Vio lesionados sus intereses y saltó a defenderlos de inmediato. La Corte Suprema les dio la mano que necesitaban. No le corresponde a la Dirección del Trabajo determinar, luego de una fiscalización, que la empresa mandante debe contratar a los trabajadores contratistas que le prestan servicios, como personal de planta. Eso deben resolverlo los tribunales. Lo que no está para nada claro es quien puede pedir a los tribunales que determinen esta violación de la ley, ¿Un Sindicato, Una organización mayor de trabajadores, los trabajadores por si mismos o la empresa mandante?. El actuar patronal será siempre el mismo y los resultados en el plano jurídico no serán mejores a futuro por el solo hecho de desearlo. De eso debemos estar concientes y trabajar muy fuerte para enfrentar esas peleas jurídicas y ganarlas. El problema lo tenemos cuando el "patrón" no es el común abusador, sino alguien que se dice progresista, respetuoso de los derechos de los trabajadores y promotor de un mundo mejor para los asalariados. El aparenta ser distinto, sin embargo cuando ve amenazada su "estabilidad" no trepida en recurrir a los mismos aliados del capitalista para que lo protejan.

Es lo que ha sucedido con la Sociedad Editora Siglo XXI. Al constituirse el Sindicato de Trabajadores de El Siglo y la posterior presentación del proyecto colectivo, "el patrón" desconoció lo que reivindica, lo que provocó que fuera denunciado.

Las autoridades del trabajo cumplieron con su labor. Fiscalizaron y sancionaron. Los patrones – "representados por abnegados defensores de los derechos del pueblo" - después de varios meses lograron que la Corte Suprema estableciera que no corresponde a la Inspección del Trabajo establecer la condición del trabajador en una empresa. Conclusión. Rechazar el actuar de la Corte Suprema obliga a rechazar la gestión de los "patrones clasistas". Exigir respeto para los trabajadores contratistas de CODELCO obliga a exigir el mismo respeto para los trabajadores de EL SIGLO en huelga. Exigir justicia para unos, ignorando a los otros no es un acto de defensa real y efectiva de los derechos de los trabajadores .Si vamos a denunciar, que sea a todos.

MANUEL AHUMADA LILLO Presidente