Fuente: Celso Calfullan.
Termino el show electoral y todos como siempre se declaran vencedores, esto a pesar de que ambos conglomerados tienen una escasa representatividad real.
Tenemos que recordar que de los once y medio millones de potenciales electores, solamente votan un poco mas de ocho millones, que equivalen a dos tercios de lo que debería ser el total de electores, o sea, un tercio de la población se niega participar de esta farsa y lo que es mas importante, ese tercio que no participa es precisamente el sector más dinámico de la población, principalmente jóvenes entre 18 y 30 años.
Cuando la derecha y la Concertación dicen que tienen cifras cercanas al 50% de los votos, ellos saben que están mintiendo y que con suerte eso representa el 50% de un universo de dos tercios, incluso en estos porcentajes no son tomados en cuenta los nulos y blancos, que representan en promedio un poco más del 10% de los votos.
Lo que esta claro es que con el actual padrón electoral, donde la mayoría son viejos y que no ha variado mucho desde el SI y el NO es muy difícil que podamos ver cambios reales, dado que un alto porcentaje (mas o menos un 70%) tiene decidido de antemano por cual conglomerado va ha votar, independientemente incluso del nombre del candidato que presenten e incluso si es un tipo probadamente corrupto.
La actual "democracia" con cada elección, es menos representativa.
La derecha y la Concertación no quieren modificar el actual sistema electoral y menos todavía el padrón electoral, ambos conglomerados se sienten muy cómodos con la actual situación y con una "democracia" que dejo de ser representativa hace mucho tiempo.
Las declaraciones de las elites políticas a favor de cambios en el sistema, son claramente hipócritas, dado que el actual sistema de elecciones, les asegura el control del poder a la derecha y la Concertación y lo siguieran manteniendo mientras puedan.
En la próxima elección el futuro presidente será elegido por apenas un tercio de los chilenos con derecho a voto y los diputados y senadores incluso serán elegidos por cifras inferiores a un tercio de los potenciales electores de nuestro país.
Las actuales autoridades y las que vienen definitivamente no representan a los tres y medio millones de jóvenes que no están inscritos en los padrones electorales y menos todavía a los jóvenes que hoy están en las escuelas secundarias (los pingüinos), como ellos se han encargado de demostrarlo con sus movilizaciones.
El Juntos Podemos y el pacto por omisión con la Concertación.
La dirección el PC aparentemente también se siente cómoda, con la actual situación, por que con el 5% de los votos que obtienen pueden negociar pequeñas cuotas de poder, para intentar ser parte del actual sistema.
El pacto por omisión es parte de estos acuerdos y fue una especie de salvavidas que le tiro la dirección del Juntos Podemos a la Concertación, en un momento en que claramente este conglomerado esta cayendo en picada y era mas necesario que nunca diferenciarse de ellos y plantearse como una alternativa real y no como un apéndice de ellos.
La apuesta de la izquierda revolucionaria.
Los sectores que se consideran de izquierda y revolucionarios, deben apuntar a organizar y movilizar a los sectores jóvenes de la población que no están contentos con el actual sistema y las campañas electorales, claramente no son atractivas para ellos y tampoco las ven como una forma de potenciar las luchas para producir los cambios que ellos quieren.
Esta claro que no se pueden crear ilusiones en que vía elecciones se pueden producir cambios de fondo al actual sistema y menos todavía con un sistema electoral que es totalmente fraudulento.
Los trabajadores, pobladores y jóvenes, solo lograremos cambios organizados y movilizados.
Dada la poca representatividad de la democracia actual, es cada vez más ingenuo pensar que vía elecciones los trabajadores, jóvenes y pobladores pobres de nuestro país lograremos los cambios que requerimos para mejorar en algo nuestras condiciones de vida en las comunas donde vivimos y en nuestro país.
Hoy es más necesario que nunca que nos organicemos y movilicemos por nuestros derechos. El derecho a una vivienda digna, por consultorios de salud de real calidad, una educación estatal y de calidad para nuestros hijos, el derecho a un trabajo digno y un salario mínimo de 250 mil pesos mensuales, todo lo anterior solo lo conseguiremos organizados y luchando en las calles.
Esta claro que no podemos esperar nada de la derecha y la Concertación, que sólo defienden los intereses de los ricos y los empresarios.
Necesitamos construir un nuevo partido de los trabajadores.
Lamentablemente hoy los trabajadores y jóvenes chilenos no contamos con un partido que represente nuestros intereses y que luche claramente contra el capitalismo y por construir una sociedad mas justa, solidaria y con justicia social, en otras palabras que luche por construir una sociedad socialista democrática.