¿QUÉ PASA CON LA POLICÍA?

Fuente: David Benavente C. Preocupa el aumento de bajas de personal policial como producto de comportamientos reñidos con la ley. Se ha perdido el sentido de responsabilidad de algunos funcionarios -los menos- de respetables instituciones de confianza ciudadana. Esta alarmante actitud se debe, sin duda, al relajamiento del respeto -base sobre la cual se sustenta la ética y la moral en cualquier campo y en cualquier época- condición que a los últimos gobiernos se les ha escapado de sus manos, especialmente en la educación, base de su corrección, desperdiciando la orientación de un presidente de su misma tendencia política, quien ejerció brevemente con su slogan “Gobernar es Educar”, sosteniendo que la buena educación determina el éxito de las próximas generaciones y del país mismo. Ahora da la impresión que la delincuencia se ha establecido en nuestro país como otra alarmante fiebre, invadiendo sectores sin respetar posiciones ni edades, siendo su antídoto más próximo el cambiar los equipos humanos que la han generado y permitido. Oportunidad representada por la próxima elección presidencial, ante la cual conviene recordar la acertada recomendación de nuestra prestigiada presidenta respecto a que en nuestro país “nadie debe repetirse el plato”, entendiéndose esto en que los cambios positivos son propios de ciudadanos capacitados, no desgastados en política, con ideas nuevas y demostradas, dirigidas a corregir errores y recuperar el respeto y la moralidad derivada, además del avance económico del país, evitando el doble tropiezo natural del ser humano (sobre las piedras...).