Santiago de Chile, martes, 7 julio, 2009
Amigos, amigas, compañeros, luchadores, pobladores, jóvenes y niños Hace cerca de una hora falleció Herminia Concha.
Se fue dejando tras ella una historia ejemplar, repleta del cariño por los pueblos en donde vivió, creció, y recorrió. Una historia repleta, hasta el final, de su reclamo constante por las injusticias y la defensa de la clase trabajadora que cristalizó en su continua lucha por los pobladores.
Se fue probablemente para ver ahora de cerca a los pueblos que siguen luchando y donde no estuvo y que, para comprenderlos, estudiaba constantemente con el fin de explicarnos después, que allí donde al menos había un ser humano sensible, valía la pena luchar.
Estamos muy golpeados y quedamos muy solos con su partida intempestiva que la dejó hace unos días en medio de esta ciudad de Santiago que desespera, en una calle cualquiera, donde hubiésemos querido atravesar con ella para que no trastabillara, cuando sus pies ya no la acompañaban como antes.
La abrazamos, la besamos, la amamos y siempre la amaremos.
Gracias Herminia, hermana querida, compañera linda, por habernos dado la felicidad de conocerte, de palpar tu inteligencia, de escucharte tantas veces y de haber sentido que tu victoria fue y seguirá siendo la victoria de los oprimidos y de "la lucha contra la ignorancia", como la llamabas, aquella que tanto combatiste. Tu victoria es la de habernos enseñado que "LA ÚNICA BATALLA QUE SE PIERDE ES SE LA QUE NO SE DA".
¡HASTA SIEMPRE COMPAÑERA!