Por considerarlas sumas que no se condicen con la realidad de las necesidades, dos alcaldes de
La molestia de ediles pasa porque como mínimo, dice, se requieren unos $ 300 mil para reparar inmuebles con daños estructurales. Por lo que la suma apenas alcanzaría para favorecer dos familias.
Uno de los ediles que tomó la decisión fue el alcalde de Vilcún, Patricio Villanueva, quien calificó el aporte estatal como "una burla, considerando que sólo en mi comuna requerimos financiamiento para unas 80 familias. Entonces con el dinero llegado no hacemos ni el 1% de beneficio; lo cual aparece como el chiste del día".
Una conducta similar adoptará el alcalde de Galvarino, Miguel Hernández, quien consideró que ese dinero es "totalmente insuficiente para hacer reparaciones con compras de insumos en las ferreterías más pequeñas y no las tres grandes cadenas".
Los problemas en esta última comuna, donde existen unos 50 inmuebles dañados, pasan, además, por una necesidad permanente en el pueblo, considerado que es el más pobre de todo el país.