AFEP ADVIERTE A PIÑERA QUE CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD NO SON AMNISTIABLES

Sr.

Sebastián Piñera

Presidente de la República

Presente

Señor Presidente:

La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos se ha enterado por información en los medios de comunicación de la solicitud de la Iglesia Católica para que usted otorgue el indulto presidencial a un elevado número de personas que se encuentran cumpliendo condenas en las cárceles chilenas. También por intermedio de la prensa nos hemos enterado de la voluntad del gobierno de acoger esta solicitud planteada con ocasión de la celebración del bicentenario de la independencia de nuestro país.

Tan loable intención nos parece de gran valor social dadas las deplorables condiciones en que se encuentran cumpliendo condenas casi la totalidad de las personas privadas de libertad. El incumplimiento por parte del Estado chileno de los más mínimos estándares relativos al sistema carcelario ha sido denunciado por múltiples informe de derechos humanos, es por ello que un indulto que alcance a una gran cantidad de beneficiados y beneficiadas, no sería sólo una acción humanitaria sino un acto de justicia.

Sin embargo hay un grupo de chilenos que están lejos de sufrir las deplorables condiciones de las que hacemos alusión. Estos son la pequeña cantidad de militares y civiles condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar. Estos condenados no sólo cumplen sus condenas con gran confort sino que han recibido penas mínimas en consideración a la gravedad de los crímenes cometidos.

El objetivo de nuestra misiva y solicitud de audiencia es informarle que, de acuerdo a los convenios internacionales suscritos por Chile y de plena vigencia en el mundo civilizado, los crímenes de lesa humanidad no son amnistiables ni prescriptibles.

Señor Presidente, nuestra Agrupación rechaza con vehemencia la posibilidad de otorgar indultos a los presos condenados por violaciones a los derechos humanos. Nuestra larga lucha por verdad y justicia para nuestros familiares ejecutados ilegal y arbitrariamente ha encontrado obstáculos casi insalvables en la falta de voluntad política de los gobiernos de la concertación de aprobar leyes que terminen con la prescripción, media prescripción y terminar con la ley de Amnistía, para así poner fin a las rebajas de pena, para evitar que los asesinos de nuestros familiares se vayan tranquilamente a sus casas. También ha sido un obstáculo que en algunos jueces del poder judicial la falta de voluntad para esclarecer los crímenes, encontrar a los culpables y condenarlos con penas reales a sus delitos.

Sólo la persistente demanda por verdad y justicia de las organizaciones de derechos humanos posibilitó el nombramiento de jueces de dedicación exclusiva que han logrado algunos avances y algunas condenas. La mayoría de los criminales, sus cómplices y sus encubridores siguen aún libres sin responder por sus actos. Un indulto para algunos de los pocos condenados sería una nefasta señal para la continuidad de los casos aún pendientes. En nuestro caso, existen más de mil cien crímenes de hombres y mujeres que aún no existe ninguna querella que se investigue que ocurrió con ellos.

Señor Presidente, la instalación de la dictadura militar en Chile significó un grave rompimiento a la convivencia nacional y al estado de derecho, ambas condiciones esenciales para la unidad nacional que usted ha señalado anhelar. Un indulto para algunos de los condenados por crímenes vinculados a violaciones a los derechos humanos atentaría gravemente contra la convivencia y contra el estado de derecho e imposibilitaría avances en la reconciliación nacional, a la vez que tornaría incoherentes el discurso de tolerancia cero con la delincuencia.

Sin otro particular, se despide

Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos

Santiago, 06 de mayo de 2010.