LOS FRUTOS DE LA ESTRATEGIA DEL GOBIERNO EN LA HUELGA DE HAMBRE

Fuente: País Mapuche

La recuperación territorial del Pueblo Mapuche significa para el Estado wingka una amenaza que impide el avance y el desarrollo de Chile. Los organismos de seguridad del Estado son los encargados de la identificación, prevención y control de las amenazas; y de la preservación del orden jurídico wingka y del ejercicio de la soberanía wingka en Wallmapu.

La paz, como ellos la llaman, es entendida como democracia, estado de derecho y economía libre, cuyos pilares fundamentales son el desarrollo nacional wingka y la seguridad nacional wingka. Todo aquello dentro de un orden capitalista estricto que asegure la expansión forestal, energética y latifundista sobre los cadáveres mapuche en Wallmapu.

En este sentido, todas las acciones del Estado chileno forman parte de una estrategia global de exterminio de nuestra Nación. Todos los discursos wingka que hablan de democratización del estado, de justicia y del respeto a los derechos mapuche sólo pretenden desvirtuar nuestras reivindicaciones y en el fondo representan la muerte de nuestro Pueblo. Porque son discursos que legitiman y consolidan la ocupación y despojo de nuestro territorio.

LA HUELGA DE HAMBRE

Siguiendo esta lógica, la huelga de hambre mapuche fue abordada por el Gobierno desde todos los ángulos de la institucionalidad wingka; vale decir, Iglesia, partidos y organismos de seguridad, quienes lograron una victoria aplastante en términos políticos. Triunfo que fue adornado con una aparente apertura al diálogo, al que el Gobierno se presentó con un ímpetu ciego y sordo.

Las cuentas son positivas a favor del Gobierno, puesto que el movimiento mapuche mostró patentemente las divergentes posiciones internas, que el enemigo aprovechó alimentando amores propios de dirigentes y voceros.

Esto se suma a que Héctor Llaitul, líder de la CAM, a través de sus voceras, erró políticamente en el manejo de la huelga, al renegar de su propio discurso antiwinka y optar por la alianza férrea con sectores de la izquierda, la Concertación y la Iglesia, pretendiendo mover los hilos de la institucionalidad chilena. Dejando así a los Peñi para hacer número y dar más peso a la huelga simplemente.

De esta forma, aprovechando la huelga, el Gobierno, la Concertación y el Partido Comunista, perfeccionaron la Ley Antiterrorista y generaron herramientas jurídicas más útiles para los intereses del Estado (delación compensada y agentes secretos, entre otras).

Estas reformas, por ignorancia o por negligencia de los líderes de la huelga en Concepción y sus asesores, fueron metidas como un gol de media cancha por el Gobierno.

Así los presos de la CAM, el Estado y políticos wingka junto al manejo de los medios, dieron término a la huelga de hambre, pasando a llevar la decisión de los demás prisioneros mapuche de mantener la movilización.

De inmediato todos celebraron el acuerdo como un triunfo del diálogo y prometiendo que las negociaciones continuarán por los problemas de fondo del Pueblo Mapuche. Como si la resistencia violenta a la opresión genocida en Wallmapu se fuera a terminar y los actuales presos fueran los últimos.

PUNTO APARTE

Sin embargo, cabe considerar que independiente de cualquier ley o gobierno, el Estado chileno en Wallmapu seguirá siendo enemigo del Pueblo Mapuche. Razón por la cual no se debiera pensar que los problemas que nos afectan como Nación se pueden resolver en el Congreso chileno, a través de una ley elaborada por los wingka.

Un ejemplo. Sin importar ley alguna, los agentes encubiertos (infiltrados) y los agentes informantes (sapos) han actuado permanentemente contra las comunidades y organizaciones mapuches, bastándoles las atribuciones propias de los organismos de seguridad. Sólo que ahora, con las modificaciones a la Ley Antiterrorista, estas facultades se validan ante la justicia, sin mencionar que se mejoran y se les dedican mayores recursos.

Más allá de las negociaciones políticas y leyes mejoradas, los huelguistas presos en la cárcel de Angol, los tres de la comunidad Rayen Mapu en la cárcel de Temuco y el menor Luis Marileo, dieron a su movilización un sentido de lucha para el pueblo mapuche en su conjunto. “Nuestra vida la sacrificamos para los que vienen atrás” decían.

Quienes continuaron con la huelga de hambre reconocieron que el ofrecimiento del gobierno era insuficiente… y en conjunto con autoridades tradicionales acordaron una solución Mapuche al problema de los testigos protegidos: “aplicar la justicia mapuche expulsando de las comunidades a estas personas, en orden a aplicar una sanción severa a quienes traicionen la lucha del Pueblo Nación Mapuche”.

A estos hay que agradecer el mostrarnos que los problemas que nos afectan como Nación se deben resolver de acuerdo con nuestra visión Mapuche. No con las ideas de los que pretenden saber mucho del mundo wingka y están insertos en él…