Por: Ricardo Candía
¿Cuántos dignatarios socialistas estarán de verdad por poner fin al lucro, estatizar la educación, re nacionalizar las riquezas mineras y rediscutir el rol del Estado, el binominal y una nueva Constitución que emerja de una asamblea Constituyente por primera vez en la historia? ¿Cuántos del PPD, de la Democracia Cristiana y Radicales?
En veinte años de aprovechamiento de la fe de la gente, el ejercicio gubernamental de la Concertación no hizo otra cosa que inaugurar una forma de vida en la cual los principios que dijeron abrazar alguna vez, ya no fueron útiles. Y si lo fueron de vez en cuando, era para elevar la voz en discursos hechos para tranquilizar a la galería.
ENTRE MEDIO, ALGUNOS AVANCES QUE NUNCA TOCARON LO SUSTANCIAL.
En el período que va desde el año 1999, hasta el 2010, los militantes y funcionarios de esos partidos reforzaron sus nichos de poder con la secreta esperanza de mantenerlos hasta el fin de sus días y más allá.
Nuevos millonarios venidos del exilio, empresarios con pasados revolucionarios, comunidades de parcelas agradables, profesionales exitosos, militantes dueños de liceos y universidades recibiendo recursos del estado para aumentar sus ganancias, aparecieron desde los primeros tiempos.
Hoy, sumados al vértigo del sistema, con lazos familiares y amistosos con los que antes eran los enemigos jurados, carne de paredón, posan como dueños de equipos de fútbol, gerentes de mega empresas, directores de compañías giga millonaria, lobbystas de quien necesite un empujoncito para hacer prevalecer sus intereses.
El ejercicio de veinte años de poder dejó profundos lazos entre quienes antes se miraban con encono. Ministros de Defensa que siguen siendo uña y mugre con los militares que no dudarían en volarles la cabeza no bien se de vuelta la tortilla, amistades profundas entre policías y subsecretarios que descubrieron que ellos también son humanos.
Sus funcionarios y familiares también dejaron vínculos profundos en el servicio público en donde reinaban resolviendo sus propios intereses y subvenciones.
Este quinto de siglo tuvo la virtud de cruzar especies que por mucho tiempo fueron incompatibles para el amor y la reproducción. Pero la cría salida de esas cruzas, salio estéril, aunque no desprovistas del apetito voraz de sus progenitores.
Y ahí caminan, como espantos, ahora que las cosas se les desordenan amenazando la feraz tranquilidad de sus negocios, empresas, escuelas y universidades.
De pronto, como un homenaje a lo que puede llegar un caradura, un senador se aventura y propone una solución a la crisis develada por los estudiantes con una expresión que ya se la quisiera Benedicto XVI.
MIENTRAS DURANTE TODO EL TIEMPO ANTERIOR, PARECÍA DORMIR.
La crisis que empujaron los muchachos está teniendo un coletazo significativo que afecta a estas personas que lo que debieran hacer es una inmensa autocrítica, y luego irse a sus casas a administrar los negocios que quedaron como resultados de sus patrióticos esfuerzos.
Es mentira que los mismos que han usado y abusado del temor de la gente a la dictadura y a la derecha, puedan, y peor aún, quieran cambiar las condiciones que les han sido tan favorables durante todo este prolífico tiempo.
Más bien intentan secuestrar la energía desplegada por el movimiento de los estudiantes sabiendo que éstos no tienen como transferir esa fuerza a las siguientes elecciones.
Entonces, lo que queda es hacer como si los temas que proponen os estudiantes les interesan, y como si de verdad quisieran resolverlos.
Por el momento, aguardan. Saben que tarde o temprano las pretendidas soluciones, tanto las que expresara en su discurso Sebastián Piñera, como las avanzadas por el Ministro Lavín y las propuestas hechas por ellos mismos, más temprano que tarde harán ingreso solemne al feo edificio que alberga al Congreso.
Entonces, asumirán la patriótica tarea usurpar las movilizaciones para transformarlas en discursos, propuestas, negociaciones, malabares, transacciones, y sobre todo, en empates. Todo con la primorosa forma que tiene las leyes en nuestro país.
Una vez pasada la alarma de las movilizaciones, comenzarán a planificar la siguiente campaña electoral y todo habrá quedado donde mismo, sino más atrás.