Texto: Lautaro Guanca
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los *anarquistas, pero como yo no era *anarquista, tampoco me importó.
Ahora vienen por mí, pero ya es demasiado tarde.
(Bertolt Brecht)
Cuando el mal gobierno ladra, es porque los pobres avanzan!!!
¿Para qué quieren ver nuestras casas por dentro, si no tenemos? ¿Por qué quieren ver nuestras caras sin capucha, si cuando las teníamos descubiertas ni nos miraban?
Los hechos hacen política, y el allanamiento a una casa okupa, la criminalización del campo popular y la indiferencia frente a las demandas más sentidas por la población, como la educación, la vivienda, el trabajo con salarios justos, la salud, etc. nos demuestra cual es carácter de clase del gobierno de Bachelet, con un matrimonio político entre la concertación y la alianza por Chile, los que tienen un consenso amplio para darle estabilidad al orden de la desigualdad, dictado con mano dura pero con rostro de mujer, que asegura la dominación de los ricos pero que converge con sectores del reformismo extraparlamentario.
La reacción de la burguesía gobiernista se expresa en la odiosa represión y montajes políticos al estilo Pinochet, nuevamente con Belisario Velasco a la cabeza del nuevo aparato represivo de la Moneda, quien encarceló a cientos de hermanos y hermanas que se mantenían en armas contra los poderosos del arcoiris imposible.
¿Por qué no allanan la casa de los narcotraficantes o los genocidas que andan sueltos por las calles, porque Pinochet no a pasado ni una noche en un calabozo y los jóvenes si?
No es hora de actitudes vacilantes frente a la furia del estado, hay que hacerle frente con la rabia acumulada de los pobres, La lucha de clases va tomando cada vez un tono mas marcado y directo, debemos llegar a las fases de crisis neoliberal con un movimiento popular en alza, entrenado en la pelea callejera, con mucha hambre de poder, y sin bofetadas histéricas entre la pequeña burguesía que se ha tomado la conducción de los instrumentos políticos de la clase trabajadora, los que deben ser extirpados.
Además hay que desmontar tesis vacilantes, que impiden que las masas tengan la sensación de estar ellas mismas conquistando sus propios derechos.
Es el momento de apretar la chala, darle al gobierno patronal donde más le duele, la movilización directa e incondicional por las demandas populares.