Se nos acabó la paciencia. El sueldo no alcanza y miles de familias chilenas somos arrojados a la pobreza ya tener apenas para sobrevivir. El alza del precio de los alimentos como la carne, leche, arroz, pan, etc. está provocando estragos en nuestras familias. En cientos de miles de familias chilenas, los niños tienen que dejar de tomar leche y hace mucho tiempo que no comen sus 4 comidas diarias.
Comer carne se ha transformado en un lujo, al igual que tomar vacaciones o tener acceso a la cultura, Vuelven a aumentamos el precio de la electricidad y ya se anuncian nuevos aumentos en el precio del agua. El transantiago no mejora y anuncian que pronto van a cobrar los trasbordos.
La calidad de la educación sigue por el suelo y la educación superior es solo para el que puede pagarla. El gas y la parafina siguen subiendo y todo indica que nunca más va a bajar su precio. Las deudas se acumulan, los dividendos se hacen impagables y los bancos amenazan con remates. La construcción de viviendas para los allegados se detiene por lo caro que están los materiales, además de que el precio de los terrenos sigue en alza. Comprar lo mas mínimo se transforma en una tortura y hasta para comer tenemos que endeudamos. Cada vez cuesta mas encontrar trabajo y crece la cesantía disfrazada.
Los trabajos son cada vez más precarios y tenemos que trabajar más horas extras para sobrevivir, pero los sueldos no suben como el costo de la vida, y por más que nos esforzamos seguimos en el hoyo del endeudamiento y la pobreza. Los empleadores, sabiendo de nuestra angustia por sobrevivir, se aprovechan para humillamos cada vez más y el mal trato y abuso en los trabajos se hace ya insoportable.
Mientras esto nos ocurre a las familias trabajadoras chilenas, hace pocos días supimos que los diputados de nuevo se habían subido el sueldo. Tuvieron que retroceder por la indignación que generó. Supimos también de las millonarias ganancias de las grandes empresas. Son miles de millones de dólares que están ganando a costa de los trabajadores chilenos, que somos sus mismos consumidores y clientes, y a costa de los recursos naturales el país.
De cada 100 dólares de riqueza que se producen en la economía chilena, apenas 12 dólares van para nuestros sueldos, lo mínimo para que nuestras familias sobrevivan. Los otros 88 dólares van al bolsillo de un pequeño puñado de ricos y privilegiados que engordan y aumentan sus riquezas y sus lujos. Mientras, entre nosotros, que somos la inmensa mayoría de chilenos, aumenta la pobreza y la desesperanza.
Esto no da para más. Aumenta la explotación del trabajador, aumenta el costo de la vida y aumenta la pobreza pero también aumenta nuestra rabia. Nosotros nos cansamos de esperar y de llorar. Nos cansamos de apretar los dientes. No queremos ser más testigo pasivos de nuestra propia decadencia. No queremos seguir siendo abusados mientras guardamos un silencio estúpido. El que calla, otorga. Y nosotros no queremos otorgarle más el derecho a los poderos de Chile para que nos sigan humillando. ¿Tú que vas a hacer? ¡Nosotros vamos a luchar!.
Organízate en tu población, villa, liceo, lugar de trabajo o de estudio. Crea juntas de vecinos, comités de deudores, de allegados, sindicatos o centros de alumnos. Analiza los derechos que te están robando, haz un pliego con tus reivindicaciones. Exige tu derecho a una vida digna. Protesta en el municipio y en los lugares donde vayan las autoridades. Únete a otras organizaciones de tu comuna y juntos den las peleas. Sale al paso de los políticos que están en campaña electoral. Denúncialos como lo que son: corruptos, mentirosos, ladrones. No votes por ninguno de la Concertación ni de la Alianza. Vota por los candidatos que realmente han luchado por tus derechos y tú sabes que no dejarán la lucha. Donde no haya ese tipo de candidatos, anula el voto. Construye, junto a todos nosotros, la fuerza del Pueblo en Lucha, para que nunca más nos pisoteen, y para que en Chile el Pueblo Mande.