Por CMI-Santiago / mediActivista
Poco a poco una colorida multitud se fue apropiando de la plaza. Seres hermosos vestidos de solidaridad, cargados de esperanza comenzaban a iluminar el lugar con las velas que portaban en sus manos. Una luz que pretendía recordar a los asesinados a miles de kilómetros de nuestro país, pero tan adentro de nuestros corazones, en ese momentos todxs eramos Palestinxs. En una mano una vela y en la otra un puño cerrado conteniendo esa ardiente impotencia de no poder hacer más para frenar en horror al que es sometido el Pueblo Palestino por el cobarde ejército israelí. Pronto serían cientos de almas reunidas para expresar su repudio a la barbarie, un rechazo al desprecio a la vida propiciado por el estado sionista israelí.