Por Alonso Núñez
A Sergio Núñez, mi padre, que seguro hoy despertará orgulloso allá en mi casa del Sur.
A Fernanda, que hoy cumpleaños.
La noche anterior nos llevaron a dormir a casa de unos tíos, después entendí que era en caso de que los milicos no reconocieran el triunfo más grande del pueblo. Mi Papá y mi Mamá, habían sido hasta el momento dos profesores de música en un pueblo del sur y dos fervientes activistas y luchadores por la vuelta a la democracia y ese día, creo que pude sentir el triunfo en sus caras y los abrazos. Fue un día feliz para ellos y para nosotros. Tuvimos que soportar humillaciones que finalmente se transformaron en grandes orgullos. Un conocido ferretero de la ciudad, de derecha, había mandado a rayar mi casa y puso un tremendo SI azul en la puerta. Cuando avergonzado le ofreció a mi padre pintarle la puerta de nuestra casa y dejarla como nueva, él se negó, y pasado el triunfo del NO, fue mi mismo Papá quien con un cuchillo se puso toda una mañana a raspar la puerta, tengo la imagen de venir llegando con de la escuela y verlo feliz, imagino que raspando todas las frustraciones, miedos, compañeros perdidos, asesinados, desaparecidos y humillados desde la puerta naranja de mi casa de Puerto Aysén. Me emociona el pensar la alegría que sentía mi viejo cuando a la mañana siguiente del triunfo del NO, se levantó con Sol gritando ¡LIBERTAD LIBERTAD!, a mi me parecía uno más de los chistes que suele hacer para que nos riamos mi hermano y yo, y desde el balcón del segundo piso lo miraba en pijamas y me reí.
Hoy, ya pasado 21 años de esa mañana y me es difícil celebrar, creo que esa imagen se contrasta a no dar más, con la imagen de los buitres que aguardaban sobre los árboles mientras el pueblo ganaba sus luchas en la tierra, aquellos buitres vestidos de trajes Armani, que luego de recuperada la democracia, desembarcaron con grandes títulos en Harvard y doctorados en comercio exterior, post grados en defensa y seguridad nacional, aquellos buitres que escondieron bajo sus alas negras sus pasados en comandos paramilitares, aquellos buitres que una vez recuperada la libertad, mantuvieron las mismas prácticas asesinas que legalizó Pinochet en su constitución de 1980 y que hoy es la base que sustenta el carroñeo ahí, en el congreso nacional, esa constitución que hoy es la base que avala la relación histórica entre parlamentarios y salmoneras, hidroeléctricas y forestales. Esa constitución que los mismos buitres nunca quisieron reformar. De aquellos buitres que utilizaron la libertad de la gente y se dedicaron a desarticular uno de los movimientos pacíficos y populares más grandes de la historia del pueblo chileno, criminalizaron e intimidaron al pueblo mapuche plagando de matones la tierra de Lautaro, quisiera decirlo al mundo, por la tranquilidad de mi padre y la de muchos de nuestros padres, de aquellos buitres no es el triunfo del NO.
La lucha del NO se sigue dando hoy, cuando decimos NO a la corrupción y a los profetas que hoy ya plagaron de gigantografías las calles del puerto y
Si vamos a celebrar, que no sea con los buitres, aquellos que en las noticias de hoy harán actos de la mano de
El triunfo NO es de ellos, el triunfo es de mi padre y los padres de mi generación, de la generación de felices decepcionados que hemos aprendido a confiar en nosotros mismos para hacer conciencia y caminar, el triunfo es de los que día a día vuelven a asombrarse y a hacer algo por las conciencias aturdidas de los millones y millones de televidentes que hoy siguen esperando para que no termine Elisa, el triunfo es también de los que siguen empuñando sus guitarras con la herencia de los años, con la herencia histórica y el legado que nos acaba de entregar en bandeja de plata
¡SALUD POR LOS QUE SI TRIUNFARON Y POR LOS QUE TRIUNFAREMOS!