¡POR EL ENVÍO DE AYUDA INMEDIATA Y MASIVA AL PUEBLO SINIESTRADO!

Por: Saúl Vargas J./ PRESIDENTE CONFESIMA

La tragedia del pueblo no es solo el terremoto, sino su terrible pobreza, la falta de hospitales modernos o al menos con un infraestructura elemental, la falta de agua potable, electricidad y comida son su testimonio indiscutible.

Cualquier país que hubiera sufrido un terremoto de esta magnitud padecería graves daños. Pero la tardanza en la entrega de la ayuda real y masiva, personal de salud, alimentos, materiales de construcción sumada a la falta de agua potable, electricidad, medios de comunicación etc. sería comprensible en uno de los países más pobres del mundo como Haití, pero es inaceptable en Chile país en vía hacia el desarrollo según nuestros gobernantes y sus dueños.

No solo nos preocupa la tardanza en la ayuda, sino que el llamado a militares a “controlar” al pueblo. Lamentablemente el “trabajo” de ese ejército no lo conocemos por su colaboración sino por su violencia. Esperamos no tener que lamentar muertos producto de la ocupación militar de las zonas afectadas, pues ahí se requiere ayuda inmediata y masiva, no migajas, y menos balas.

El pueblo es solidario en su precariedad, pero demandamos no solo solidaridad entre los pobres y explotados, sino que las transnacionales, los ricos paguen reconstrucción. Exigimos imponer un impuesto de emergencia a las transnacionales , mineras y grandes empresas que operan en el país, para que paguen los daños, después de años de llevarse grandes ganancias sin pagar impuestos y pagando salarios miserables.

El terremoto revela brutalmente el patético abandono y miseria en que vive nuestro pueblo, una catástrofe que ya viene de hace mucho, a la que se suma la catástrofe del terremoto.

¡Por el envío de ayuda inmediata y masiva al pueblo siniestrado!

No mas migajas, No a la criminalización del hambre.

Juicio y castigo a la negligencia criminal de los gobernantes y a los dueños de la sanitarias, eléctricas y supermercados.