Por Paulina Acevedo Menanteau*
Otro 11 se nos vino encima, pero no de septiembre, sino de este marzo del bicentenario que cual tsunami, emergido de las profundidades del mal (perdón, quise decir del mar), arroja a Piñera al sillón presidencial. La imagen es fuerte, ni que decirlo, y las réplicas de este terremoto ya comienzan a percibirse.
Desde pequeños detalles, como el logo de su gobierno, que vuelve a poner como protagonista al escudo nacional y su conocido lema “por la razón o la fuerza”, hasta su anuncio de mantener a los militares en las calles en pro del “orden social”, dan ya claras señas de cuál será la línea de su administración. Si aplicamos esa línea, por ejemplo a la situación de conflicto interétnico que afecta a la región de
Y es que si bien Piñera ha asegurado, tras la catástrofe natural que azotó Chile, que el suyo será el gobierno de la reconstrucción del país, nada hará por rehacer las grietas del nuevo terremoto político y social que su mandato representa, de cuyas secuelas seremos herederos los próximos cuatro años.
PERO CONTINUEMOS CON EL ANÁLISIS.
Otro de los ejes/línea que marcó la campaña de Piñera, fue su NO a la delincuencia. En lo inmediato, imaginemos qué ocurrirá bajo su administración en materia de justicia, por ejemplo, con aquellos “saqueadores” con los que tanto raiting acumularon los canales de televisión. Lo anterior, considerando que ya se registran situaciones anómalas bajo el alero del estado de excepción. Como en Talcahuano, donde tras un allanamiento nocturno fueron detenidas varias personas, que denuncian haber sido víctimas de golpes y malos tratos, para luego ser formalizadas en una comisaría, decretándose su prisión preventiva por dos meses y su traslado inmediato a la cárcel El Manzano, en la ciudad de Concepción. ¿Llegaremos a que los saqueadores sean condenados en la plaza pública? ¿O a lamentar nuevas muertes, como ocurrió ayer con Daniel Riquelme Ruiz (45 años) en Hualpén, producto de golpes recibidos por una patrulla de
También la palabra “productividad” ha formado siempre parte de los discursos del nuevo presidente. De hecho, junto con adelantar el pasado 04 de marzo la designación de sus intendentes en las zonas más afectadas por el terremoto y posterior tsunami, nominó, en la misma ocasión, a Hernán Cheyre como vicepresidente ejecutivo de
Existe un dicho que dice que “hay que esperar a que el fruto esté maduro para conocer su sabor”, pero cuando el fruto viene podrido, como sin duda es el caso, es posible anticipar sus réplicas incluso antes de que el nuevo terremoto remeza esta larga, frágil y desmemoriada faja de tierra.
No por nada volvió a temblar en Chile, precisamente en los momentos en que Piñera ingresaba al Congreso Nacional a recibir la banda presidencial. Y de inmediato se decretó la alerta de tsunami.
* Periodista, comunicadora en DDHH /Observatorio Ciudadano/Red de Medios de los Pueblos