EL IMPLACABLE ACOSO DE
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Así vivieron el rescate las familias de los mineros. Con la prensa a punto de impedirles ver el rescate.
La farandulera cobertura entregada por algunos medios sobre el rescate de los 33 mineros, puede entenderse fácilmente. “Es televisión, no periodismo”.
Uno de los temas más evidentes, pero obviados del rescate de los 33 mineros desde el interior de la mina San José, resultó ser el evidente acoso periodístico que sufrieron los 33 mineros y sus familias, quienes no solamente fueron víctimas de un accidente evitable, sino también de la codicia de los más de 500 reporteros de todo el mundo acreditados para cubrir el rescate, quienes protagonizaron un acoso periodístico casi sin precedentes.
Entre flashes y preguntas, muchas de las familias apostadas en el Campamento Esperanza apenas tuvieron tiempo para ver como sus seres queridos salían a la superficie, frente al acoso de los medios.
Periodistas pidiendo chistes a los familiares de los mineros, y cámaras agotando recursos para obtener las primeras planas de las lágrimas emocionadas de los hijos de los mineros, fueron la tónica durante el rescate.
Para Felipe Saleh, de El Mostrador,”Lo más recomendable es asumir de inmediato que el contenido transmitido por la televisión, no es estrictamente periodismo sino simplemente televisión”.
Y así fue. De las pantallas desaparecieron las infografías, e indagaciones respecto a si otras mineras operan en condiciones similares a
“Es preferible pensar que es televisión y no periodismo, si uno de los reporteros que cubrió la guerra en Irak hace una nota sobre las coincidencias numerológicas del 33 y no hay ningún espacio para mención alguna sobre los vínculos del Ministro de Defensa con la perforadora que posibilitó el Plan B, explica Saleh.
La cobertura de
Pero poco importaron las críticas que realizó el propio Colegio de Periodistas sobre la cobertura, a todas luces sensacionalista. La televisión prefirió referirse a los mineros como “héroes” y no como víctimas de la precariedad laboral en la minería. Con tamaña frivolidad, a nadie le extrañó que una conductora ancla de un noticiario, incluso dio una especie de” reto de abuela” a Yonny Barrios, el minero que tiene dos mujeres.
Bien claro tenían los mineros que no aceptarían verse utilizados junto a sus familias, como objeto para lucrar con el morbo colectivo. Luis Urzúa, líder de los mineros, pidió a su familia que no dieran entrevistas (a la larga poco y nada se respetó su decisión). Qué decir de Mario Sepúlveda, cuyas primeras palabras fueron:”Lo único que les pido es que no me traten ni como artista ni como periodista, quiero seguir siendo el de siempre”. Como sabemos, eso fue precisamente lo que no sucedió.
Y usted..¿qué haría si sufre un accidente y unos sujetos llegan a tomar fotografías de las reacciones de su familia y las lágrimas de sus hijos para venderlas al día siguiente o mostrarlas en vivo y en directo para subir el ratings?.