1. Melisa Silva de 23 años y Claudia Castillo de 19 fueron asesinadas en Punta Arena –Región de Magallanes- por un vehículo cuyo conductor, sospechosamente, todavía no es encontrado por las policías. Cuando fueron arrolladas por el carro, las muchachas batían cacerolas en el marco del paro general y protesta histórica –apenas comparable al “Magallanazo” de 1984 acaecido durante una visita de Pinochet a la zona más austral de Chile y el mundo- convocada por la Asamblea Ciudadana de Magallanes que aglutina a todas las fuerzas en términos políticos y sociales, de manera transversal ante el alza arbitraria del gas de casi un 17%. La Región de Magallanes se encuentra asentada en uno de los territorios más extremos, duros e inclementes del planeta y sólo limita con la Antártica, donde Los Andes se hunden en el mar. Los 160 mil habitantes de la Región no sólo contienen una fuerte ascendencia de la colonia otrora yugoslava, sino que sus relaciones con la sociedad patagónica argentina se confunden en el fin helado del sur. Por lo demás, según el Banco Mundial, la zona sufre un 30% de carestía general superior al promedio nacional. La vida en el agreste suelo magallánico es carísima debido a su aislamiento y, a causa de las frías temperaturas, el consumo de gas de la población es como el pan y el agua. En la zona se asientan las principales reservas de petróleo y gas de Chile. Lo demás es ganado ovino, mucho después bovino, y algunas especies marinas. Por eso el anuncio del gobierno Piñerista de elevar el precio del gas se liga inmediatamente a la preparación de condiciones para la privatización de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), una de las pocas industrias, junto al 27% de la propiedad del cobre, que permanece en poder del Estado. Por ello en los primeros días de 2011, el paro y la protesta se multiplicaron mediante movilizaciones que adquirieron diversas formas. Las más aguerridas estuvieron protagonizadas por los trabajadores y sus familias empobrecidas, pero abarcaron el descontento de todos los sectores del territorio. El gobierno central inventó una mesa de diálogo, y puso a un obispo como mediador. Sin embargo, contradictoriamente, también negó la posibilidad de echar pie atrás a la medida antisocial. Podrá postergarla, amortiguarla, matizarla transitoriamente para intentar detener el descontento popular. Sin embargo, Piñera está mandatado por el programa contrarrevolucionario y antipopular del imperialismo financiero y sus instituciones tutelares sintetizados en el actual contenido del Estado, a continuar la gesta ominosa iniciada por la dictadura militar y profundizada por los gobiernos civiles de la Concertación, tendiente a maximizar las ganancias de la minoría en el poder mediante la apropiación privada de la riqueza socialmente producida, el despojo de las riquezas naturales, y la privatización de industria nacionalizada. A menos, naturalmente, que el pueblo trabajador oponga combate duro de acuerdo a su organización, estatura de resistencia, ampliación y legitimidad de la justeza de su lucha presente.
Por su parte, no faltaba más, la entidad de los dueños y capataces del país, la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), a través de su presidente, Lorenzo Constanz, y luego de reunirse con el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, hizo un llamado a establecer “con urgencia” una mesa de diálogo. No vaya a ocurrir que las evaluadoras de riesgo internacionales dependientes de los capitales financieros acunados en los Estados imperialistas bajen la notas de Chile como país “confiable” y con la paz y mansedumbre socialmente necesarias para las inversiones transnacionales.
2. De acuerdo a la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), el 2010 las exportaciones de Chile alcanzaron más de 69 mil millones de dólares. Casi 40 mil millones de dólares correspondieron a cobre (monto que no considera todos los minerales valiosísimos que se extraen y sacan del país como trozos de roca no refinados en Chile), consolidando el patrón mono exportador, extractivista y negación de la diversificación industrial que gobierna la economía del país, volviéndolo extraordinariamente vulnerable y dependiente de la demanda de los mercados asiáticos. El resto fue celulosa, vino y fruta fresca. Las ganancias provenientes del metal rojo y sus estratégicos componentes minerales simplemente saqueados, terminan por reciclarse por medio de instrumentos y activos financieros y bursátiles, que son los que finalmente determinan su movimiento y precio.
Por su lado, el oficial Instituto Nacional de Estadísticas (INE), informó que en los primeros 9 meses del gobierno de Sebastián Piñera, se han “creado” 385 mil nuevos empleos a escala nacional. Sin embargo, más de 200 mil se explican por trabajo a cuenta propia, es decir, trabajo informal sin acceso a seguridad social de ninguna especie, y apenas 25 mil puestos de trabajo con contrato y previsión social (industria especulativa de las AFP’s). Lo demás es mal trabajo, subempleo y tercerización. En buenas cuentas, se amplia el trabajo asalariado en las peores condiciones posibles, irresponsabilizando al Estado del carácter estructuralmente precario, rotativo e inseguro del empleo.
Pero las malas noticias no se detienen aquí. En los días venideros el pasaje del transporte público de la Región Metropolitana, el Transantiago, aumentará a más de un dólar y el metro de la Capital, aun más. Toda vez que el combustible podría aumentar 40 pesos el litro, por efecto del incremento del precio internacional del petróleo, lo que a su vez, encarecería todas las mercancías, mientras los salarios se mantienen intactos hace mucho tiempo, y un porcentaje ascendente de trabajadores llega a fin de mes en virtud del crédito de consumo fácil y el subsecuente sobreendeudamiento.
El 40% de la propiedad estatal del sistema eléctrico asociado a la producción eléctrica de la industria del cobre (ex Edelnor), mientras tanto, en los próximos días será transado en la Bolsa de Comercio de Santiago por un valor estimado de mil millones de dólares que, de acuerdo al discurso gubernamental, serán reinvertidos en Codelco. Es como vender la visión para comprar un par de gafas.
3. Por arriba, políticamente, para dicha de la UDI y su fe de imponer para las presidenciales al actual ministro de Educación, Joaquín Lavín, fue revocado el único ex democratacristiano del Ejecutivo y que estaba a la cabeza de la cartera de Defensa, Jaime Ravinet, por sostener ante las cámaras, sin percatarse de ello el pobre, que la instalación del puente mecano sobre el río Biobío –una de las zonas más devastadas por el maremoto-terremoto de febrero de 2010- “vale callampa” (callampa=verga). Formalmente, Piñera cuestionó la gestión de Ravinet por la licitación del Ejército para comprar una casa de un millón de dólares al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Cristian Le Dantec. Es el primer ministro que cae durante la actual administración, mientras la prensa de ultraderecha reivindica el éxito de Lavín en el aumento de los puntajes de la prueba de admisión de las universidades para estudiar carreras pedagógicas. Este punto es una de las medidas de Lavín para el supuesto mejoramiento de la calidad de la enseñanza en Chile, junto a la conversión de lo que queda de educación municipalizada dependiente del Estado en verdaderas empresas productoras de trabajadores obsecuentes y funcionales a la organización del trabajo ordenada por el capital y sus empresarios.
En tanto, tras la Junta Nacional democratacristiana, su Consejo Nacional quedó compuesto en más de un 70% de nuevos integrantes, muy allegados al conservador presidente de esa tienda, Ignacio Walker. Siguiendo los pasos de la UDI, la DC se quiere lavar la cara sin atractivo y en crisis con rostros jóvenes que representan los mismos objetivos de clase y similares políticas de un partido que es una especie de Renovación Nacional (tienda propiedad de Piñera) que en el pasado basculaba la política del país y decía reflejar el sentir de los sectores medios, pero que hoy se despeña a vista y presencia de quién guste.
4. Un nuevo incidente de la historia de la vergüenza histórica y antisoberanista, la protagonizó el chileno y socialista Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ubicando a Venezuela en el banquillo de los acusados y amenazando a la República Bolivariana de aplicarle la denominada "Carta Democrática" para excluirla de ese foro internacional, igual como hace casi medio siglo lo hicieran con Cuba. De peones del imperialismo norteamericano en Chile hay para exportar.
Enero 14 de 2011