Por Gonzalo Magueda/Prensa CUT
Motivados por la larga y tensa huelga de los empleados del Metro, representantes de organizaciones del Transantiago, Ferrocarriles, camioneros, taxistas y líneas aéreas, acordaron formar instancia para estar coordinados y alertas.
En el futuro, cuando un gremio del transporte terrestre, aéreo o ferrocarrilero enfrente una huelga, una movilización o un petitorio reivindicativo, va a contar con el respaldo de los sindicatos del sector, al punto que juntos hasta podrían convocar a un paro que paralice la capital o varias regiones del país. Y es que los dirigentes de sindicatos del Metro, Transantiago, Ferrocarriles, taxistas, camioneros y de líneas aéreas, acordaron crear el Frente de Trabajadores del Transporte para coordinar acciones cuando enfrenten situaciones de conflicto y que requieran la solidaridad entre trabajadores del sector. La idea se materializó la primera semana de diciembre de 2010 en un encuentro realizado en la sede de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que no sólo respaldó, sino que acunó esta iniciativa que genera un espacio unitario de los trabajadores del transporte.
En estos días se creará un Frente de Trabajadores del Transporte que agrupe a todos los sectores, incluidos el Metro, Transantiago, Ferrocarriles, líneas aéreas, camioneros, taxistas, entre otros y que tenga como objetivo coordinar movilizaciones y acciones en defensa de sus derechos laborales y reivindicaciones sociales. El presidente de la multisindical, Arturo Martínez, indicó que “van a estar agrupados en ese Frente los trabajadores del transporte aéreo, subterráneo y terrestre, para tener todo este gran sector unido en defensa de sus demandas y exigencias de respeto a sus derechos”. Agregó que “de esta manera, será importante que el Gobierno y las empresas dialoguen, negocien y respondan a los planteamientos que hagan los sindicatos del transporte”.
La creación de esta instancia se dio en medio de la huelga que efectuaba el Sindicato Nº 3 del Metro, y su presidente, Mario Acuña, junto con agradecer el apoyo de las organizaciones sindicales del sector al movimiento en el tren subterráneo, valoró como un paso fundamental el contar ahora con el Frente de los Trabajadores del Transporte.
LA CARTA QUE INTERPELÓ A PIÑERA
Trabajadores de la OIT se manifestaron porque el mandatario no cumplió sus promesas de campaña de respetar los derechos de los funcionarios públicos y repudiaron que la administración piñerista haya despedido a 8 mil empleados.
Hasta en el ámbito internacional se ha cuestionado la política que ha seguido el gobierno de Sebastián Piñera frente a los empleados públicos. Es así que representantes de los trabajadores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) le enviaron al Mandatario una carta donde critican el despido de 8 mil funcionarios públicos y el que no haya cumplido promesas de campaña de respetar los derechos de estos trabajadores.
La gran cantidad de despidos se ha producido en nueve meses de la administración piñerista y ha afectado a personal tanto de contrata como a honorarios, la mayoría de ellos cumpliendo funciones técnicas y profesionales.
En ese contexto, además, el gobierno de Piñera negó el reajuste salarial pedido por el sector público y tampoco accedió a establecer un compromiso para atender la situación de despidos que, por cierto, continuaba en las semanas de Navidad y Año Nuevo.
Sir Roy Trotman y Víctor Báez (en la foto), presidente y secretario, respectivamente, del Grupo de los Trabajadores de la OIT, enviaron la misiva al Mandatario, manifestándole que “por la presente, venimos a manifestar a Usted nuestro malestar por las condiciones en que están los trabajadores y las trabajadoras del sector público, afiliados a la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), quienes han sido amenazados, despedidos, exonerados de sus lugares de trabajo, sin que mediaren causales que fundamenten dichos actos masivos y abusivos”. Añadieron que están en conocimiento de que ya hay cerca de 8 mil trabajadores/as despedidos/as, “siendo mayoritariamente mujeres y lo más grave es que existan muchas de ellas con fuero maternal”.
La carta, que fue difundida a las centrales de trabajadores de todo el mundo, demandó “el cumplimiento de los compromisos asumidos por Usted, mientras era candidato a Presidente de la República” y recordó afirmaciones de Sebastián Piñera como que “en nuestro futuro gobierno, todos los funcionarios públicos –ya sean de planta, a contrata u honorarios– serán respetados en sus derechos y promovidos en función de sus méritos”. Lo que vinieron fueron despidos. Y negación de mejoras salariales y laborales. En la misiva de Trotman y Báez se copian las palabras del Presidente cuando en plena campaña, buscando votos, expresó: “Vamos a mejorar la situación contractual de los funcionarios públicos que realizan labores permanentes y que en más de 50% de los casos lo hacen con contratos precarios que expiran cada año y que los dejan demasiado expuestos a los abusos de las autoridades de Gobierno”.
Los representantes de trabajadores de la OIT le recordaron al Mandatario chileno que “reiteró su compromiso que no habrían despidos injustificados en la administración pública” y le exigieron que respetara aquello, así como sus promesas de campaña de no exonerar empleados públicos y, es más, mejorar sus condiciones de trabajo.
Los dirigentes manifestaron en la carta: “En este sentido, Señor Presidente, demandamos, en nombre del Grupo de Trabajadores/as, la reposición de los/as trabajadores/as despedidos a sus puestos de trabajo, el cese de los despidos y la negociación colectiva con el sector público”.
Hasta mediados de diciembre no había llegado carta de respuesta de Piñera. No sólo eso. En esos días se conocía otra arremetida del gobierno piñerista contra los empleados públicos. El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, anunciaba que no se pagarían los días de paro a los trabajadores del Estado que estuvieron movilizados.
De tal manera, la preocupación internacional por la situación del sector público chileno tiende a acentuarse y a colocarse encima de la mesa en organismos internacionales, partiendo por la OIT.
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