Gentileza de El Resumen
Como Paulina Rubilar, estudiante de 5° año de la carrera de Sociología de la Universidad de Concepción, fue identificada la joven herida en un ojo ayer, al interior del Barrio Universitario de Concepción, durante la jornada de protesta nacional convocada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
Según testigos presenciales, un funcionario de Fuerzas Especiales disparó su arma directamente al rostro de la joven, a menos de 40 metros de distancia.
Se desconoce si Carabineros tenía autorización de ingreso a la Universidad al momento de producirse los hechos (17 horas).
En la capital de la Octava Región se registraron más de 70 detenidos. Los heridos graves que llegaron al Hospital Regional fueron siete. Entre éstos se encuentran dos estudiantes de la Universidad de Concepción, con fracturas de tibia uno, y clavícula el otro. El primero resultó herido luego de caer desde el Foro de la Universidad, asfixiado por los gases lacrimógenos.
El hecho más grave, sin duda, es el de Paulina Rubilar, quien permanece ingresada en el Hospital con daño ocular, y fractura facial. Lo más grave es que en estas condiciones y afectada por vómitos, permaneció secuestrada por personal de Fuerzas Especiales, hasta pasadas las 20:30 horas ayer. Carabineros impidió la visita de sus compañeros, su novio y hasta de autoridades universitarias. La jefa de la carrera de Sociología, Alejandra Brito, llegó hasta la urgencia del Hospital Regional, y también le fue negado el acceso a la estudiante herida.
La joven permaneció por horas sin que nadie entregara información sobre su estado de salud, a pesar de que los medios de comunicación difundían imágenes y noticias a lo largo de todo Chile.
Cabe hacer presente que la estudiante llegó por sus propios medios al recinto hospitalario y en ningún momento tuvo la calidad de detenida que justificara dicho proceder, constituyendo tal acción policial una ilegalidad, sobre la cual abogados de la Federación de Estudiantes (FEC) y de la propia Universidad, buscarán responsables.
En la Universidad de Concepción ya existen antecedentes de hechos similares. A mediados de los 90, un estudiante de Pedagogía Básica recibió un impacto de lleno en la cabeza de una bomba lacrimógena, y un camarógrafo de TVU recibió un impacto de lleno, el que registró con su propia cámara.
Pero, sin duda, el hecho más recordado es el del estudiante de Medicina y actual médico del Hospital Regional de Concepción, Jaime Pino, a quien a mediados de los ‘80 se le debió colocar una placa de titanio en la frente para reemplazar el hueso destruido por una bomba lacrimógena, de aquellas diseñadas para destruir tabiques.