El diario El Mundo revela los nocivos efectos de los gases lacrimógenos durante los disturbios ocurridos el pasado lunes en el país y señala que son fabricados "exclusivamente para Chile".
Manifestantes de diversas ciudades del país protestaron por la aprobación de HidroAysén.
Por medio de un artículo en primera persona, el diario El Mundo de España analizó la utilización de gases lacrimógenos por parte de Carabineros durante la dispersión de los manifestantes que se congregaron en las distintas ciudades del país para protestar por la aprobación de HidroAysén.
El artículo expone la vivencia de un opositor al megaproyecto que se unió a las marchas en la ciudad de Valparaíso, quien detalla las consecuencias que los gases generaron en él y su familia.
"Ayer por ejemplo los chorros del zorrillo no me llegaron a dar. Sin embargo, llegué a casa con los ojos hinchados, no veía nada. Mi polola se puso a estornudar sin parar, nos picaba todo. Lo peor fue para nuestra guagua de un año. Se le irritó toda la piel sólo con mi presencia".
A raíz de esto, el artículo destaca las sustancias químicas utilizadas para elaborar los gases lacrimógenos y sus efectos en la salud de quienes se exponen a él.
"Investigaciones científicas confirman el daño que provoca inhalar los gases de las bombas lacrimógenas, sobre todo a los niños y a las mujeres embarazadas. Muchos de los componentes de estas sustancias tóxicas han sido reemplazados en Estados Unidos e Israel, países que las fabrican", reza el texto.
A esto agrega que las bombas que utilizan Carabineros "son fabricadas exclusivamente para Chile y están prohibidas en la mayoría de países del mundo".
Al respecto, el doctor Andrei Tchernitchin, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, confirmó a El Mundo que "hay antecedentes documentados de que los agentes químicos con que se fabrican las bombas lacrimógenas son abortivos. Además de producir graves daños a la salud, inciden negativamente en los aparatos reproductivos masculino y femenino", puntualizó al medio español.