EL PADRE RAFAEL MAROTO Y LA IGLESIA DE LOS POBRES

La comunidad de San Cayetano en esa parroquia popular y muy cristiana celebrará nuevamente la acción de gracias, la Eucaristía, por Rafael Maroto, un sacerdote que vivió profundamente los valores del Evangelio. No hay duda que el 10 de julio de 1993 y luego de su muerte, muchos de sus detractores reconocieron que a pesar de diferencias políticas el "cura Maroto" había sido consecuente con el mandato evangélico de Mateo 25 de estar presente ahí con los que tienen hambre, con los perseguidos, con los que están en la cárcel, con los sedientos y con los pobres pues ellos son para otros el sacramento de la presencia de Jesús, el Cristo para los cristianos.

Cena Eucarística en Parroquia San Cayetano de La Legua

ANIVERSARIO PASCUA RAFAEL MAROTO

Domingo 10 de julio, 19 Horas

Rafael Maroto Pérez nació el 10 de enero de 1913. Podría haber tenido una carrera eclesiástica brillante pero decidió hacerse cura-obrero y fue obrero en la construcción del Metro de Santiago. Fue un fiel seguidor de esa tradición francesa del siglo XX por la que muchos sacerdotes decidieron no vivir de la limosna parroquial sino que trabajar como obreros no solo para estar cerca del mundo de los obreros sino que cerca del mundo que había conocido Jesús de Nazaret.

Maroto fue compañero de seminario del Cardenal Juan Francisco Fresno y también fueron buenos amigos. Sin embargo en 1984 Fresno tuvo que suspenderlo de sus funciones sacerdotales cuando Maroto emergió como vocero del MIR y fue miembro del Comité Central del MIR. La conversación entre ellos fue muy clara y Maroto le comentó a Fresno: "Francisco, tú tienes que cumplir con tu deber y yo con el mío en conciencia".

Inmediatamente después y habiendo perdido la protección de la Iglesia Maroto fue relegado a Tongoy. Su compromiso cristiano en el MIR se hizo sentir cuando habló en una de los primeros actos del MIR ya en 1988 y al fin de la dictadura.

Antes del gobierno militar Maroto había trabajado en sectores populares y el Cardenal Silva Henríquez lo había nombrado Vicario Episcopal de la Zona Centro de la Arquidiócesis de Santiago. En 1975 fue uno de los sacerdotes que ayudó a proteger la vida de los miristas Nelson Gutiérrez y Andrés Pascal Allende, perseguidos por la DINA después de haber sido descubiertos en una parcela de Malloco. Otros sacerdotes detenidos en esos días por el régimen militar debido a su ayuda a los perseguidos fueron Patricio Cariola, Fernando Salas y Gerardo Whelan.

En sus últimos meses de vida y ya enfermo terminal fue acogido por una familia obrera y sus últimos días los vivió en la casa de las Hermanitas de los Pobres. Fue inconfundible con su cigarrillo en la boca y su cajita metálica en el bolsillo que usaba como cenicero para no ensuciar. Aunque se encontraba triste antes de morir porque el retorno a la democracia no había traído lo que él esperaba no hay duda que sus ojos habrían brillado con las protestas estudiantiles y con el compromiso de muchos cristianos por los pobres y perseguidos en el Chile de hoy. Me uno a la Eucaristía de muchos meditando en la vida de Jesús y la de su sacerdote Rafael que solía decirnos: "solo la lucha nos hará libres".

PARROQUIA SAN CAYETANO

COMANDANTE RIESLE 371

LA LEGUA