En total son 42 jóvenes movilizados a lo largo de todo el país, exigiendo al Gobierno que todos los chilenos puedan acceder a una educación gratuita y de calidad. "La responsabilidad la tiene el Estado y el sistema que llevamos, porque nos permite llegar a estas circunstancias para que recién nos integren a las mesas de diálogo", cuestionan.
Tienen entre 16 y 19 años, llevan entre siete y trece días en huelga de hambre por la educación y ya están sintiendo las consecuencias. A la debilidad muscular, los calambres, cambios de ánimo e irritabilidad, se suma una reducción de peso de tres a seis kilos.
Estos datos los entregó el profesor de la Universidad de Chile, Ramiro Zepeda, doctor y miembro del comité de académicos y académicas por la educación pública, quien advirtió los peligros de esta movilización y la necesidad de que el Gobierno les otorgue una pronta solución. “Los jóvenes tienen una tasa de consumo de alimentos que es mayor que la gente adulta. Eso hace que la reducción de peso sea mayor en ellos que a otra edad. Esto también puede afectar el desarrollo de los mismos jóvenes. Si uno compara una huelga de hambre en personas adultas en relación a jóvenes, el riesgo es mucho mayor”, explicó.
El especialista dijo además que “sicológicamente ellos están en un nivel crítico. Pensar que menores de edad estén en huelga de hambre no tan solo es crítico para ellos, sino que creo que la sociedad está críticamente enferma por lo mismo”.
Ramiro Zepeda añadió que está particularmente preocupado por la situación de una niña del Liceo Experimental que inició la huelga de hambre con sólo 45 kilos y en este momento está pesando 30, con importantes problemas de salud. Una situación que, según indicó, no puede seguir repitiéndose.
Mientras, Íñigo Gálvez, vocero de los estudiantes en huelga del Liceo Darío Salas, indicó que la movilización continuará hasta que logren que las autoridades entiendan que la educación es un derecho: “La decisión de los huelguistas es continuar hasta las últimas consecuencias si es que no se dan los resultados que esperamos, que se cumpla realmente lo que pedimos. Es una petición esencial, algo que el Estado debería entregar de manera garantizada. ¿Hasta qué punto tenemos que llegar para que se nos den las cosas que deberían ser garantizadas por el Estado? Se nota que los compañeros han sufrido desgaste, que empeoran cada día que pasa, que cada días que no se dan soluciones, se acercan más a la muerte”, señaló.
El vocero criticó la frialdad de las autoridades al intentar ignorar sus demandas e hizo un llamado imperioso al Gobierno a terminar con esta situación a través de acuerdos que permitan mejorar el país.
Con esto coincidió Miguel Rebolledo, vocero del Liceo Experimental Artístico, quien apuntó a los intentos del Gobierno de criminalizar sus legítimas demandas y llamó a la prensa y a todos los ciudadanos a identificar quién es el verdadero responsable de lo que hoy está ocurriendo: “Por favor, ustedes no busquen responsabilidades en el movimiento, no busquen responsabilidades en sus familias, en los liceos. La responsabilidad la tiene el Estado y el sistema que llevamos, porque nos permite llegar a estas circunstancias para que recién nos integren a las mesas de diálogo. En Chile no debería pasar que niños, porque somos menores de edad, lleguemos a una huelga de hambre para recién ser escuchados. Llamo a que, por favor, no sigan buscando la responsabilidad en nosotros, la responsabilidad es de ellos”, acusó.
Mientras, el vocero de los estudiantes de Quilpué, Jorge García, afirmó que el tema va mucho más allá de ciertos pisos económicos y aportes a los establecimientos, sino que tiene que ver con la necesidad de generar una reforma estructural al sistema que garantice el derecho de los ciudadanos a una educación de calidad.