Hugo Marchant Moya, ex preso político, ex militante de la Izquierda Revolucionaria (MIR), intentó ingresar al país. Cumplía pena de extrañamiento de 25 años en Finlandia.
En estos momentos se encuentra detenido por la PDI, Policía de Investigaciones, en el Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez. Hasta el lugar han llegado diversas agrupaciones de Derechos Humanos, parlamentarios y connotados abogados a solidarizar con su llegada.
Abogado Alberto Espinoza ha presentado un escrito al juez Joaquín Billard para que autorice el ingreso de Marchant a Chile.
Después de 19 años de “exilio forzado”, castigado por luchar contra la dictadura de Pinochet, Marchant ha llegado al país desde Finlandia con la intención de recuperar su derecho a vivir en Chile.
Recordemos que Hugo Marchant, cumplió 9 años de prisión y luego a fines del año 1992, salió de las cárceles de Chile con destino al destierro, producto de las “leyes cumplido” que dictó el entonces Presidente de la República Patricio Aylwin. Su condena fue conmutada por 25 años de extrañamiento.
“En mi caso me quedan aún seis largos años para terminar con este infernal destierro. Lo considero que son absolutamente injustos, debido a que ya en Chile estuve casi de 10 años en prisión. Por lo tanto, 30 años creo que la condena está cumplida con creces!, señala Marchant.
Hugo Marchant figura en el Informe Nacional de la Comisión Nacional Sobre Política y Tortura, también conocido como Informe Valech, que reconoció la tortura a los presos políticos y la falta a un debido proceso. Pese a este informe, siguió viviendo la pena de extrañamiento.
Marchant, manifiesta que “la justicia chilena hoy debe considerar que este castigo ha sido extendido a mi familia, a mi esposa, y mis hijos, los que desde el día en que fuimos detenidos, fueron sometidos a tortura.
Señala el caso particular de su hija que con 28 años en la actualidad, “no ha logrado aún desprenderse de un tratamiento de salud mental que lleva por años, debido a la profunda herida que dejo en ella la situación represiva en que creció y vivió”.
Por eso vuelve a Chile para que ella reinicie su vida, mejorando su calidad emocional y humana pero desde sus raíces. “El facultativo tratante, considera que ella debe realizar este proceso de la mano de su padre, por motivos esencialmente de contención, sanación y apoyo”, dice Marchant.
Hugo Marchant llama a la iglesia, a las Instituciones de Derechos Humanos, al Congreso, al Gobierno a asegurar su derecho y el de su familia a vivir en Chile.
LEER ESCRITO AÑADÍA QUE: "EL DERECHO A VIVIR EN SU PATRIA ES UN DERECHO HUMANO..
FIN AL DESTIERRO AHORA