En el día de ayer nos enterábamos, casi sin sorpresa que una vez más se intentaba borrar del lenguaje y de la malla curricular de los textos de Historia de Chile hasta el 6º. Básico, un aspecto de la vida de este país quienes pertenecen a la coalición de gobierno quisieran morigerar o quizás borrar para evitar que en un sano ejercicio intelectual se les vincule como los que sostuvieron ideológica y económicamente a la dictadura.
No es menor el cambio de la palabra “dictadura” por “gobierno militar” para referirse a los 17 años en que la práctica de la desaparición forzada, las ejecuciones políticas, el exilio, la tortura y toda suerte de violaciones a los derechos humanos fueron parte del cotidiano de chilenos y chilenas. Las palabras no son neutras, tienen un poder más allá de lo que se pudiera creer, no por nada el saber popular hace referencia a las bondades de quien dice “al pan, pan y al vino…vino”.
Se sostiene que no existe una realidad mientras no haya una palabra que la designe, por tanto sin lenguaje no hay pensamiento y eso es precisamente a lo que apuntan las nuevas normas que este gobierno quiere implementar, con un correlato perfecto con la disminución de las horas de clases de nada menos que Historia y Arte , otro aspecto de la vida del ser humano que apuntan a su integridad. Aquí se esta apostando a la desmemoria por un lado y por otro a la deshumanización de niñas y niños, se apuesta a evitar un pensamiento crítico, a desvirtuar la realidad.
Todo encaja perfecto, no existió la dictadura: solo se cometieron excesos y no tortura; los cientos de trabajadores despedidos de sus empleos han sido desvinculados; quien no teniendo una fuente laboral digna vende de colero en la feria es un emprendedor y quienes denunciamos estos hechos somos “inútiles y subversivos”.
Nuestra Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos sabe de estas cosas, basta recordar como durante años se negó la práctica de la desaparición forzada, no existió en el lenguaje; tampoco se uso la palabra oral ni escrita para nombrar que en el país había: recintos secretos de reclusión, agentes del estado para perseguir y torturar, civiles que actuaban como informantes, eso no existió, simplemente se borró del lenguaje. Ahora que algo se avanza en ese aspecto, en que el desarrollo de Chile se mide entre otras cosas porque cada vez hablamos menos en “chiquitito”, se intenta sacar de los textos de enseñanza básica la palabra “dictadura”,
Desde esta Agrupación que se ha caracterizado por decir las cosas por su nombre, exigimos se que esta medida sea revocada, nuestros niñas y niñas, tienen como un derecho básico el acceso a un conocimiento veraz y objetivo y serán ellos, con las herramientas que el Estado esta en su obligación de entregar, quienes juzgarán el día de mañana el negro episodio vivido por el país en el período de la DICTADURA entre 1973 y 1990.
Santiago, 05 de enero d 2012