Trinchera de la Imagen
La marcha que rememora el cuarto aniversario del asesinato cometido por un carabinero del GOPE contra Matías Catrileo, estuvo llena de sucesos anómalos, como ha venido ocurriendo en otras manifestaciones mapuches.
Esto se basa en la evidencia que cada vez que se convoca una marcha mapuche, desde el principio al fin siempre es fuertemente custodiada por efectivos de Fuerzas Especiales con toda su indumentaria de “combate”. Esto se repite en todo el cuadrante cercano a La Moneda, donde además de los mencionados, hay civiles con botas fiscales y un gran despliegue de carros lanza agua, zorrillos, micros y carros de imputados.
Sin embargo, extrañamente anoche fue la excepción porque a pesar que en la Plaza de Armas estaba el show Teatro a Mil, habían solo rejas, pero nada de “Pacos”. La marcha se devolvió y subió al Oriente por calle Merced hasta San Antonio y lo único visible fue una Carabinera con su motoneta para detener el tránsito y custodiar alrededor de 1000 manifestantes.
Ante tanta desigualdad, la uniformada viéndose en minoría al parecer se puso nerviosa y se le cayó la moto accidentalmente, produciéndose también un derrame de bencina. Como era de esperar, esto provoco la reacción de algunos encapuchados no identificados (no está clara su procedencia y si formaban parte de la marcha) que prendieron fuego al vehículo. Lo extraño es que el apoyo del guanaco de Fuerzas Especiales demoró alrededor de 45 minutos en llegar, para luego de apagarlo retirarse rápidamente.
Acto seguido, los manifestantes hicieron un primer corte de calle con fuego en Alameda con San Antonio, y nuevamente FFEE demoró alrededor de 25 minutos en llegar con el guanaco para apagar las fogatas. Lo mismo sucedió en calle Serrano con Alameda.
Como era de esperar y ante esta extraña tardanza en concurrir a los lugares en conflicto, los manifestantes tuvieron bastante tiempo para hacer una barricada con vallas papales encendiendo basura, hasta que finalmente FFEE despejó las vías.
Siendo ya de noche, corrió un rumor que en la UTEM desconocidos habían quemado un bus Transantiago y en efecto así ocurrió. Lo extraño es que a pesar de la gravedad de este hecho tampoco había resguardo policial como se registra en fotografías el bus quemándose.
Sin embargo, ya habian dos detenidos y acusados del hecho, sin que nadie pudiera dar fe de la veracidad de tal acusación.
A pesar de haber varios cuarteles de bomberos a pocas cuadras del siniestro, no sonó ninguna sirena y después de una hora y media llegaron. Es raro que nadie de los uniformados que llegaron al lugar los hubiera llamado por radio. Dejar que esto pasara sin intervenir ¿habrá sido deliberado para justificar las leyes que el gobierno pretende aprobar?.
Huele a montaje pasar de una represión asfixiante al extremo visto anoche, cada uno debe sacar sus conclusiones.
Aunque los juegos de palabras sean la estrategia del gobierno de turno para disfrazar la verdad, “regimen militar” no es ni nunca será lo mismo que ”dictadura militar”, si no pregunten a los familiares de los detenidos desaparecidos y los torturados sobrevivientes. Tampoco es lo mismo referirse a un “confuso incidente” en vez de hablar de un “asesinato a sangre fría” abusando de poder contra alguien desarmado.
A propósito del asesinato de Matías Catrileo, el pueblo mapuche no logra entender como la llamada “justicia” chilena da una condena irrisoria a su asesino confeso, que queda en libertad para circular por las calles impunemente sin pagar por su crimen.
FIN A LOS MONTAJES