“Cuando el Gobierno decide cambiar la palabra dictadura a régimen militar lo que hace es intentar mostrar otra mirada del pasado”, explicó Cristina Moyano, en medio de una clase frente el Mineduc junto a su colega Rodrigo Henríquez.
2 profesores de historia realizaron una cátedra abierta a la comunidad en el bandejón central de la Alameda, frente al Ministerio de Educación, en medio de la controversia sobre la eliminación de la palabra “dictadura” y su reemplazo por “régimen militar” para referirse al período de Augusto Pinochet en las bases curriculares de la enseñanza básica.
El mensaje de Cristina Moyano, doctora en historia de la Universidad de Santiago, y Rodrigo Henríquez, profesor de historia de la Universidad Católica, fue uno solo: No es lo mismo decir "esto fue una dictadura o esto fue un régimen militar".
Según Moyano, "cuando el Gobierno decide cambiar la palabra dictadura a régimen militar lo que hace es intentar mostrar otra mirada del pasado, y si es así esperamos que el Gobierno diga: ‘lo que buscamos es invisibilizar la tortura, la represión, los 17 años de terror con los que se gobernó en Chile’".
INVISIBILIZAR LA REALIDAD
Ante unos 30 asistentes, Cristina Moyano prosiguió con su explicación: "Detrás del uso de cada concepto siempre hay una intencionalidad política. Los conceptos son conductos que intentan captar y contener parte de la experiencia de los actores, por lo tanto si nosotros decimos régimen militar estamos invisibilizando un conjunto de experiencias que tienen que ver con el terror de Estado, con prácticas genocidas, con represión de la institucionalidad dirigidas desde el Estado las que quedan invisibilizadas cuando uno dice régimen militar".
DISCUSIÓN CIUDADANA
Para Rodrigo Henríquez, lo que falta es una discusión ciudadana, donde participen los involucrados. "Este tipo de discusiones hay que abrirlas y contextualizarlas, hay que discutir cómo aprenden los niños chilenos la historia. Necesitamos que el futuro de nuestra educación sea y pase por los ciudadanos", plantea.
Además, señaló que este cambio –que ahora será revisado nuevamente por el Consejo Nacional de Educación- puede tener graves consecuencias en el aprendizaje de los estudiantes.
"Debemos trabajar para tener una historia que permita a los estudiantes proyectarse hacia el futuro pero reconociendo nuestro pasado, si negamos éste clausuramos el futuro de nuestros estudiantes".