“EL TRATO POLICIAL CON LA PRENSA HA EMPEORADO”

Por Giglia Vaccani V./Entrevista picada

"Estuve ocho meses sin trabajar. Como perdí la visión de ojo, tuve que comenzar de a poquito a calibrar el ojo bueno. Imagínate mirar a través de una botella con líquido, así veo con ese ojo malo".

El reportero gráfico Víctor Salas comenzó de a poco a transformarse en un fanático de la Pizza Nápoli, el clásico restaurante de cadena cuyo local de la calle Moneda se ha convertido en el centro de reuniones para su gremio. “La mayoría de los fotógrafos free lance nos juntamos acá porque es céntrico, nos queda cerca a todos y está abierto todo el día”, dice Salas mientras ordena una palta cardenal. “Aquí hay carnes, ensaladas y pizzas, pero lo mejor son las pastas”, dice el fotógrafo, justificándose ante la mirada de extrañeza de la garzona por el cambio de menú. “Es que a la noche hay asado para esperar el partido Brasil-Chile y quiero comer livianito”, remata Víctor.

-Parece que aquí eres bien regalón.

-Un poco. Es que siempre venimos un piño grande de fotógrafos y cuando sufrí la pérdida de mi ojo (derecho), en la protesta del 21 de mayo, por el carabinero montado que me golpeó, acá hubo varios que me vieron en las noticias y siguieron mi caso.

-¿Cuánto tiempo llevó la recuperación?

-Estuve ocho meses sin trabajar. Como perdí la visión del ojo, tuve que comenzar de a poquito a calibrar el ojo bueno. Imagínate mirar a través de una botella con líquido, así veo con ese ojo malo, pero por suerte, el cerebro canaliza la información correcta, entonces he podido adaptarme a trabajar con el otro ojo. Debo evitar mucha luz y situaciones de riesgo mayor. El problema que tengo es con las distancias, porque al quedar bifocal, perdí la tridimensionalidad, entonces debo manejarme con 10 centímetros más o menos para pisar o tomar alguna cosa.

-¿Cómo va la investigación para identificar a tu agresor?

-No sé qué pensar. Un policía me pega, le saco fotos, hay testigos, hay pericias que lo identifican y no lo procesan... Siento una impotencia gigantesca. Carabineros reconoce que fue un policía el que me dejó ciego, pero no saben si fue Barría o Torres y ambos igual siguen trabajando. ¡Dónde se ha visto eso! Esto para mí es una burla.

-¿Cuál es tu reflexión de fondo?

-En 10 años de trabajo me han golpeado muchas veces, pero de ahí a perder la visión de un ojo... Yo diría que el trato policial con la prensa ha empeorado durante el gobierno de Michelle Bachelet. Nosotros salimos a la calle a captar la realidad. No le pegamos a nadie, entonces por qué tenemos que recibir un trato tan violento de Carabineros. Y el gobierno no hace nada por evitarnos esa violencia que sufrimos trabajando.

-¿Has tenido oportunidad de hablar con el carabinero que identificaste?

-En el careo. Cuando estuve ahí, con él, sentado como compañeros de curso uno al lado del otro, tuve hartas ganas de tirarle un par de garabatos. Sólo miraba al suelo. Lo único que le pregunté fue si le quedaba algún gramo de conciencia por lo que hizo, pero no dijo nada…