Este sábado 26 de septiembre se celebró
La marcha, llena de colores y expresiones artísticas fue una instancia más donde se exigió el respeto al Derecho de las personas a vivir la sexualidad en la forma que uno estime pertinente, el Derecho a demostrar el amor públicamente y el Derecho a de una vez por todas, tener autonomía sobre nuestros cuerpos.
Vergonzosamente todavía en Chile la discriminación a la diversidad sexual no es un delito, vergonzosamente les quitamos el Derecho de ser padres a quienes no se esconden en una falsa imagen de familia conservadora, vergonzosamente existen leyes que generan ciudadanos de segunda y tercera categoría, vergonzosamente la diversidad sexual no forma parte de la educación sexual de nuestro país, vergonzosamente las políticas públicas de salud o de vivienda no están al servicio de todos y todas.
Hace rato que la familia ya no solo la forman un padre, una madre y muchos hijos. Hace rato que el matrimonio no es sólo un vínculo para criar niños, hace rato que en el poder estamos repletos de maricones que no permiten que en este país estemos todos y todas incluidos y seamos de una vez y para siempre todos y todas considerados.