“DERECHOS HUMANOS EN EL SIGLO XXI, DESAFÍOS Y AMENAZAS”

Mesa Redonda, Colegio Médico de Chile

10 de diciembre de 2009

Dr. DAVID PERALTA CASTRO

Dr. ÁLVARO REYES BAZÁN

Dr. MAURICIO GONZÁLEZ MONCADA

Democracia, en el Diccionario de la Lengua Española, aparece definida como Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”, entendiendo como tal al sistema de gobierno en que el pueblo ejerce la soberanía con la elección libre de sus dirigentes. Mas allá de la definición, la Democracia involucra múltiples acepciones tal como “una forma de gobierno constituida de reglas que permiten resolver los conflictos sociales sin necesidad de recurrir a la violencia” (Norberto Bobbio, “El futuro de la democracia”), donde es básico el respeto de la diversidad y del diálogo en la resolución deliberativa de controversia y discenso entre los ciudadanos.

Los Derechos Humanos son el conjunto de características y atributos propios del ser humano derivado de su dignidad, por lo que no pueden ser afectados o vulnerados. Sin ellos las personas no pueden existir ni llevar una vida propiamente humana, por tanto, es imprescindible que los Estados y sus leyes los reconozcan, los difundan, protejan y garanticen. La democracia está íntimamente ligada a asegurar el respeto de los derechos de los individuos en la sociedad. No existe democracia cuando el Estado y sus instituciones transgreden impunemente los derechos de las personas.

Las violaciones a los DDHH en el periodo de la dictadura militar, con desapariciones forzadas, asesinatos, secuestros y tortura, son sin duda, la máxima expresión de violaciones a los DDHH en Chile.

Sin embargo, fuera del período dictatorial, en el último tiempo, nunca antes se había denunciado tan reiteradamente una política represiva por parte del Estado Chileno, de las que se han hecho parte organismos internacionales, la gran mayoría en relación a los atropellos ocurridos en contra del Pueblo Mapuche. El Consejo de DDHH de las Naciones Unidas hizo 77 recomendaciones al Gobierno chileno en relación de las violaciones sistemáticas contra el pueblo Mapuche. El informe 2009 sobre Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales, asegura que el Estado de Chile viola los derechos humanos, apuntando al sistema penitenciario como una de las áreas más críticas, como así también en relación a conductas arbitrarias en la educación y al trato discriminatorio que se les estaría dando a los niños con problemas de aprendizaje o de rendimiento escolar en un sector de la educación chilena.

Al cumplirse sesenta años desde la Declaración Universal de Derechos Humanos, el 10 de diciembre del año recién pasado, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al año 2009, Año Internacional del Aprendizaje sobre los Derechos Humanos. Termina el año y estudios internacionales han constatado que el tema de los DDHH en las instituciones formadoras de profesores, es escasamente valorado.

En Chile no es diferente, cuando el tema de los DDHH se trata desapegado de la historia y descontextualizado de la realidad, con silencios y ocultamientos de trozos de la historia, pasando a ser tratado como una cuestión formal y abstracta.

Se relativiza el tratamiento de los DDHH cuando autoridades de Gobierno hacen declaraciones en el sentido que con la realización del funeral de Víctor Jara se ha hecho justicia, olvidando que aún no se conocen ni hay castigo para sus asesinos. Se relativiza el tratamiento de los DDHH cuando autoridades de Gobierno minimizan la desaparición de un joven mapuche luego de ser detenido por Carabineros.

En lo que respecta a nuestro quehacer, el ejercicio en plenitud de los Derechos Humanos se practica con cierta relatividad. No existe igualdad en el derecho a la salud, cuando esta depende de la capacidad económica de los individuos, o los recursos de los Servicios de Salud; lo mismo pasa con el derecho a la educación.

Constatamos repetidamente acciones autoritarias e incluso de acoso laboral en contra de médicos en sus lugares de trabajo. Ejemplo de ello es la persecución denunciada y que ha sido objeto la Dra. Cecilia Lagniel, cirujano infantil del H. Calvo Mackenna y presidenta de su capítulo médico. Mas grave aún es el acoso laboral denunciado por el Consejo Regional Chillán, que el año recién pasado condujo al suicidio al Dr. Juan Manuel Vidal, colega del H. de San Carlos.

La precariedad del trabajo en Chile, problema que se arrastra desde el siglo pasado, ha ido progresando hasta alcanzar nuestro segmento, manifestado como inestabilidad en el trabajo en hospitales autogestionados y la tercerización en el contrato de colegas que ejercen en clínicas privadas, y el trabajo a honorarios con pseudo ventajas comparativas, donde no existe posibilidad alguna de incidir en los honorarios que pagan las aseguradoras por los servicios prestados.

Prácticas autoritarias y de persecución no han sido ajenas al Colegio Médico de Chile. Las últimas directivas la han usado como forma de anular a opositores y disidentes con las políticas gremiales de los últimos años y como arma han utilizado al Tribunal Nacional de Ética.

Durante la actual gestión encabezada por el Dr. Pablo Rodríguez, la Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de seis de noviembre 2009, fue la encargada de anular la sentencia que ilegal y arbitrariamente aplicara el Tribunal Nacional de Ética del Colegio Médico de Chile, en contra de seis dirigentes gremiales. Entre otros fundamentos argumentados por la Corte de Apelaciones, haber atropellado derechos garantizados en la Constitución Política de Chile, lo que en definitiva implica una violación a derechos humanos de médicos colegiados.

A pesar de tan categórico fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago, la actual Mesa Directiva Nacional manipula la información ocultándola a los médicos de Chile. A más de dos meses del fallo, aún no lo publica en los medios de comunicación del Colegio, faltando a elementales normas éticas como es la de informar a los médicos asociados.

Mas grave aún, el Dr. Pablo Rodríguez ha presentado un recurso para desconocer el fallo de la I. Corte de Apelaciones de Santiago, contratando para ello abogados externos al Colegio y gastando millonarias sumas de dinero a costa de nuestras cuotas sociales.

En suma, el Colegio Médico atraviesa por una gran crisis que nos obliga a una reflección profunda, a un diálogo libre y constructivo para tomar decisiones colectivas y democráticas, iniciando desde ya medidas que permitan, por una parte corregir las irregularidades y por otra reparar el daño y desprestigio causado tanto al Colegio Médico de Chile, como a los médicos injustamente sancionados.

En lo inmediato, es fundamental la más amplia difusión del fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago y la remoción de los integrantes del “Tribunal Nacional de Ética”, Dr. Roberto Mancini Rueda, Dr. Lionel Bernier Villarroel, Dr. Eduardo Rosselot Jaramillo, Dr. Juan Toro Gallardo y Dr. Óscar Román Alemany, quienes con su abusivo fallo, pretendieron conculcar derechos humanos protegidos constitucionalmente y han desprestigiado el accionar de los Tribunales de Ética. El próximo Tribunal Nacional de Ética deberá enfrentar grandes desafíos en el tema de DDHH, en lo coyuntural, tener opinión en relación al ascenso en el escalafón militar de médicos involucrados en tortura y la realización de una excautiva investigación que permita esclarecer la participación de médicos en el asesinato del ex presidente Don Eduardo Frei Montalva.