Por Domingo Lovera P. *
Las palabras importan, sobre todo cuando quienes las formulan son los encargados de las vocerías del Estado. A través de ellas, qué duda cabe, uno puede puede informarse de la voz del Estado, voz muchas veces oculta en una cena, reunión privada o acuerdo secreto. En materia de derechos humanos, al menos, esas declaraciones son preocupantes.
Mientras Chile se postulaba como candidato al Consejo de Derechos Humanos de
¿Qué respondió el Estado? El ministro Viera-Gallo afirmó que "si el criterio fuera tan estricto no habría gobierno en el mundo que pudiera participar en ese Consejo". ¿Se imagina usted a los ministros de Estado diciendo algo así como, "mire,
El Informe Anual 2009 da cuenta del caso de José Huenante, adolescente detenido por las fuerzas policiales hace 4 años y del cual no ha vuelto a saberse. El Informe llama la atención sobre las obligaciones a las que se ha comprometido el Estado chileno, incumplidas en este caso y en muchos otros. La detención arbitraria de adolescentes cometida por las fuerzas policiales gatilla importantes obligaciones para el Estado, entre otras, la de investigar, sancionar, cooperar en la prevención y adoptar todas las medidas de "carácter legislativo, administrativo, judicial o de cualquier otra índole necesarias" para cumplir con la erradicación de la desaparición forzada.
¿Qué respondió, esta vez, el ministro Edmundo Pérez? Preste atención a las palabras porque, como se insiste en
Para el Ministro Pérez la detención y desaparición (él habla de homicidio, pese a los resultados de la investigación judicial) de José Huenante es un simple hecho delictual. Es más, afirma, "se van a seguir produciendo" (!). A estas alturas cuesta entender qué quiere decir el vicepresidente de
*Domingo Lovera P., Centro de Derechos Humanos UDP.