Florinda Carrillanca asiste a los alegatos del recurso de nulidad en contra del juicio de Cañete que sentenció al líder de la CAM a 25 años de cárcel. No cree en los testigos protegidos y afirma que la huelga de hambre es la única manera de que el gobierno y la justicia escuchen a los comuneros condenados.
Florinda Carrillanca, madre de Héctor Llaitul, junto a Natividad Llanquileo en la Corte Suprema, donde se desarrollan los alegatos por el recurso de nulidad contra el juicio de Cañete.
Florinda Carrillanca (73) es la madre de Héctor Llaitul (41), el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) que está condenado a 15 años de cárcel por el homicidio frustrado del fiscal Mario Elgueta, junto con otros 10 por un robo con intimidación.
Son 25 años que Llaitul Carrillanca pasaría tras las rejas si la Corte Suprema rechaza el recurso de nulidad contra el juicio que se realizó en Cañete. Sólo después de cumplida la mitad de la pena, el comunero podría recibir beneficios penitenciarios.
Consultada sobre la posibilidad de que su hijo pase varios años en prisión, Florinda Carrillanca respondió que “tengo esperanzas de que salga de la cárcel; la huelga de hambre es la única manera de que la justicia y el gobierno los escuchen”.
La mujer se refirió de esta manera al ayuno que Llaitul y los otros tres condenados -Ramón Llanquileo Pilquiman, José Huenuche Reiman y Jonathan Huillical Méndez- iniciaron el 15 de marzo pasado en rechazo al juicio de Cañete.
Acerca de lo abultada de la pena, Florinda Carrillanca dijo que “mi hijo no es ningún criminal, no ha hecho asesinatos, no ha asaltado bancos, no ha salido con los cajeros automáticos a la rastra como lo hacen los verdaderos delincuentes”.
En cuanto a las acciones violentistas de las que se acusa a Llaitul, la mujer contestó que “no hay imágenes de eso, sólo palabras. Si hubiese imágenes, ahí diría, puchas mi hijo se equivocó porque así no se cobran los derechos, pero yo no veo imágenes, no veo evidencias concretas”.
Sobre las versiones que han entregado los testigos protegidos en contra de líder de la CAM, dijo que “ellos atestiguan a su manera, pero yo no estoy convencida. En estos juicios hay testigos que mienten, nadie puede verificar lo que ellos dicen”.
TERCERO DE CUATRO HIJOS
Florinda Carrillanca, nacida en la provincia de Osorno, también contó que Héctor Llaitul es el tercero de sus cuatro hijos “y es el único luchador de la familia por los derechos de los mapuches, mis otros hijos tienen sus trabajos y no se meten”.
“Nosotros somos los dueños de las tierras, no queremos seguir siendo pisoteados, los latifundistas se están haciendo millonarios con las tierras de los indígenas. Por esa razón yo estoy aquí, después de viajar casi 1.000 kilómetros”, agregó la mujer.
Consultada si no teme que ayuno afecte a su hijo, respondió que “ellos se están jugando la vida por defender sus derechos. Están sintiendo calambres, se quedan dormidos por decaimiento, no por sueño, y bajan de peso más rápido porque no se recuperaron de la huelga de hambre del año pasado”.
Según los últimos informes, los cuatro comuneros han bajado entre 14 y 20 kilos en los 61 días que cumplen este sábado sin ingerir alimentos. También se niegan a tomar líquidos. El año pasado, los cuatro participaron en la huelga de hambre de 82 días, cuando Llaitul perdió 24 kilos.
El recurso de nulidad del juicio de Cañete es revisado en la Segunda Sala de la Corte Suprema. La defensa alega vulneración de garantías constitucionales contra el debido proceso, por el uso de testigos protegidos. La fiscalía afirma que la condena no se basó sólo en testigos anónimos, sino que también en testimonios abiertos y pruebas científicas.
“Queremos respeto, nosotros tenemos derechos como cualquier habitante de este país; el gobierno dijo que en este país nadie sobra. Entonces, ¿sobran los pueblos originarios?”, concluyó Florinda Carrillanca.